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Cuando un gato no se acerca al rascador puede deberse a la ubicación. Al afilar sus uñas, el gato deja su huella con la que marca el territorio.
Por lo tanto, es bueno que el rascador de la mascota esté en algún lugar estratégica de la vivienda, por ejemplo, cerca de donde tiene su alimento o se limpia regularmente.
Si en alguno de esos sitios solo se encuentra el sofá, el animal aprovechará ese mueble para afilarse las uñas.