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Esta Boder Collie, que llega a la altura de las rodillas, acaba de dar un salto de 5,50 metros de longitud antes de caer en la piscina y nadar hacia su juguete.
Los canes saltan desde un trampolín o una rampa al agua lo más lejos posible o lo más alto posible.
"El récord de Hazel está en 7,60 metros" cuenta Maxime Martens, que descubrió el "dog diving" hace seis años. Su perra tiene siete. Ahora ella imparte seminarios en los que enseña la disciplina a otros dueños de perros.
En Alemania hay campeonatos desde 2012. Aunque de momento todo es semiprofesional, se está expandiendo por todo el país, dice Udo Kopernik, portavoz de la asociación canina alemana VDH.
Las competiciones tienen lugar por lo general en ferias o durante otros grandes eventos.
Para la ejecución, además de una rampa de seis metros de largo se necesita también una piscina de 9,60 metros de largo con más de 50.000 litros de agua.
Los dueños lanzan un objeto al agua, los perros toman entonces carrerilla desde el final de la rampa y saltan en la piscina detrás de su juguete.
Quien quiera ver si su perro es un buen saltador no necesitará no obstante una instalación profesional. Los muelles que hay en aguas públicas, como en lagos y canales, ofrecen una buena oportunidad de practicar.
Hay que tener precaución y asegurarse de que el agua tiene al menos un metro de profundidad y que el muelle no es demasiado alto respecto a la superficie del agua.
"En aguas públicas destinadas al baño de personas, los perros no están permitidos", indica Kopernik.
Al final, todo dependerá de que el perro se encuentre bien en el agua. A los perros de caza o las razas Retriever les gusta el agua. Otros, no obstante, tienen menos facilidad para sentirse bien en ella.
El juguete favorito del perro puede ayudar a acostumbrarlo poco a poco al agua en el lago o en la piscina.
"Yo he visto en eventos cómo perros querían repetir inmediatamente después de hacerlo por primera vez", dice Kopernik.
Pero no todos se atreven con el salto a lo desconocido. Algunos se contentan con meter cuidadosamente las pezuñas en el agua. Y hay que repetarlo. "No vale empujarlos", advierte el experto.
Si al perro le ha gustado saltar al agua, se puede ir ampliando poco a poco la distancia a la que se lanza el objeto. Los perros con talento irán refinando por sí mismos su técnica. Algunos trucos los ayudarán a mejorar los saltos.
"El lanzamiento es muy importante", explica la entrenadora de perros Martens. Un lanzamiento plano consigue también un salto plano.
Para valorar a los perros, en los campeonatos se utiliza el videoanálisis. Para los perros grandes, cuatro metros de longitud son ya una buena marca.
La distancia que se mide es la que va desde el final del trampolín hasta la punta del hocico del perro, explica Alexander Dobernig.
Este austríaco organiza en Alemania campeonatos, incluido uno europeo. La participación es gratuita y los premios que se ganan son por lo general algo pequeño. Al inicio suele haber un entrenamiento abierto para que los novatos prueben qué tal se les da.
Al animal no hay que exigirle demasiado. "La condición es que el perro se lo pase bien en el agua y saltando", subraya Anna-Laura Knorpp, de la Asociación de Protección Animal de Alemania. "En las competiciones siempre existe el peligro de que la competitividad del dueño lleve a forzar al perro", advierte.
Además hay que tener en cuenta que el perro no debe practicar esta disciplina si tiene inflamación en los ojos o en las orejas, así como problemas articulares.
Durante la ejecución, un ayudante está encargado de la seguridad del animal. "En la piscina siempre hay alguien para ayudar al perro si lo precisa", explica Dobernig.