Sobre todo los perros más viejos, que se mueven menos, necesitan ocasionalmente un corte de uñas. De lo contrario, el espolón crece y puede causar una inflamación. También puede suceder que quede enganchado en alguna parte y se quiebre la uña o se encarne en la piel.
Frecuentemente el que crece más es el espolón del pulgar. Por lo tanto, hay que observar su crecimiento y de ser necesario cortarlo, aconseja la veterinaria alemana Tina Hölscher. Teniendo ciertos cuidados, lo puede hacer uno mismo.
Lo más conveniente es cortar la punta del espolón con un alicate, teniendo mucho cuidado de no dañar el tejido ni cortar la zona interna de la uña. El alicate debe estar bien afilado para que no se astille la uña. Se trata además de una zona con muchos capilares y que por lo tanto puede sangrar mucho.
Hay que buscar un momento y un sitio tranquilo al momento de cortarle el espolón al animal y es importante que sólo se corta la punta de la garra, insiste Hölscher. Si no se siente seguro, es mejor llevar al perro al veterinario, también en el caso de un sangrado, agrega.