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No importa que sea un perro, un gato o una serpiente exótica, todos pueden generar algún tipo de riesgo.
"Los dueños de animales de compañía deben saber que los suyos también pueden resultar peligrosos", destaca el veterinario Klaus Osterrieder, del Instituto de Virología de la Universidad Libre de Berlín.
En el campo se dan más casos de enfermedades transmitidas de los animales a las personas. Pero también los dueños de animales caseros deben conocer las posibles fuentes de problemas.
Entre ellas están los hongos en la piel. "En el campo, los perros y los gatos pueden infectarse de los animales de granja y transmitir el hongo a las personas", cuenta Ingo Nolte, profesor de enfermedades de animales de pequeño tamaño de la Universidad de Hannover.
Es fácil reconocer si el animal de compañía lo sufre: "Son síntomas manchas redondas sin pelo en el cuerpo". Los hongos, no obstante, no son peligrosos y son tratables y curables.
Tampoco son peligrosas las pulgas, pero sí muy molestas. "Lo más extendido son las pulgas de los gatos", dice el profesor Nolte. "Si llegan a parar a las personas, les chupan la sangre y se multiplican en alfombras y otros nichos antes de buscarse una nueva víctima".
Al contrario que en el caso de las pulgas de los gatos, las de los perros pocas veces se pegan a las personas. Los perros, no obstante, pueden transmitir enfermedades parasitarias.
"Pueden producir picor y enrojecimiento de la piel", cuenta el veterinario. "Dura unos días, pero la mayor parte de las veces desaparece por sí misma".
Los felinos también transmiten la llamada "enfermedad por arañazo de gato". "Aparecen pápulas localizadas", explica Osterrieder. En algunos aunque escasos casos, pueden afectar a todo el cuerpo.
El problema es que muchos dueños y médicos tardan en darse cuenta de cuál es la enfermedad y arrastran por ello más de lo normal las consecuencias.
A veces también transmiten virus como la viruela bovina. También los gatos pueden tener la viruela si cazan roedores infectados.
"En el caso de las personas, esta viruela aparece la mayoría de las veces localizada en los labios o los ojos después de haber estado haciendo arrumacos con el animal", apunta Klaus Osterrieder.
"En el caso de personas con un sistema inmunológico debilitado, pueden atacar todo el cuerpo e incluso conducir a la muerte", añade.
Animales exóticos como serpientes o reptiles tampoco son inocuos para sus dueños. Los que han sido criados en cautividad, por lo general, no presentan problemas, dice el veterinario Rudolf Hoffmann, experto en reptiles de Múnich. "Pero los que acaban de ser importados desde el trópico pueden estar infectados".
Las serpientes pueden tener parásitos. Esto se reconoce la mayoría de las veces porque el animal vomita. "Cuando se limpia el terrario, puede ocurrir que uno se contagie y tenga problemas de estómago e intestino", dice Hoffmann, que está especializado en peces y reptiles. "Las serpientes tienen con frecuencia salmonela", dice. "Los animales cuentan sin embargo con una resistencia natural a ella, algo que no ocurre con las personas".
También pueden ser problemáticos los parásitos. "Las larvas subcutáneas de los reptiles atraviesan la piel de las personas y se mueven por el cuerpo, donde pueden causar inflamaciones en distintos órganos interiores", explica Rudolf Hoffmann.
"Pero si se mantiene la higiene, tener reptiles no es realmente peligroso", tranquiliza el veterinario. Es importante no meter en la cama con las personas a animales como tortugas y también lavarse las manos después de haber tocado a los animales exóticos.
E, independientemente de qué animal se tenga en casa, no hay que caer en el pánico. "Los animales de compañía pueden en teoría transmitir desde virus a bacterias pasando por parásitos", indica el veterinario Osterrieder, "pero en la práctica es algo que, sorprendentemente, ocurre muy pocas veces".