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Mientras que los perros toleran bien la sustancia, para los gatos puede llegar a ser mortal. La Oficina Federal de Protección al Consumidor y Seguridad Alimenticia de Alemania advirtió por ello del uso erróneo de medicamentos veterinarios con permetrina.
Bajo ninguna circunstancia deben ser utilizados en gatos. También se requiere precaución si el perro y el gato viven en la misma casa.
Como los gatos carecen de una enzima específica en el cuerpo, pueden sufrir una intoxicación grave con permetrina que en el peor de los casos puede causar la muerte. Los signos incluyen calambres, parálisis, vómitos, diarrea, dificultad para respirar y aumento de la salivación.
Si estos síntomas aparecen después del contacto o por un uso incorrecto con un medicamento que contiene permetrina, el gato debe ser llevado al veterinario inmediatamente.