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Mientras sea un fenómeno que ocurre en forma esporádica y la situación vuelva a la normalidad en un par de días, no es imprescindible la visita al veterinario.
Pero en caso que haya otros síntomas como diarrea, fiebre o ahogo, entonces el dueño debe acudir al profesional para que revise a la mascota. Los vómitos agudos pueden representar un indicio de envenenamientos o de oclusión intestinal, apunta la publicación.
Si los ataques de vómitos se reiteran, esto puede ser una señal de una alteración en las funciones corporales. En este caso también debe ser llevado al consultorio del veterinario.