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Los expertos aconsejan fomentar el interés del niño en los animales, pero hay que tener en cuenta que hay perros a los que no les gusta que los toquen.
Además, preguntando al dueño se enseña al niño a tener respeto.
Cuando un perro que no esté atado a la correa se acerque a un niño, hay siempre que tener precaución. Nunca se sabe cómo puede reaccionar el animal.
Si el niño tiene una mala experiencia con un animal, puede que desarrolle miedo a los perros de por vida.
Tampoco se debe acariciar a un perro que esté atado delante de una tienda, como muchas veces es el caso.
Los perros, cuando no está su dueño con ellos, se sienten inseguros y pueden reaccionar de manera agresiva cuando uno se acerca a ellos.