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Con otros tres miembros del equipo, se sienta al borde del camino en el bosque. Bado mira, duda un momento y avanza entonces con cuidado hacia ella. "Muy bien, estupendo", alaba ella al cachorro y le da un premio. Excitado, el animal va hacia los demás, sentados cerca, y allí recibe también alabanzas y comida.
"Es muy importante que a los perros de rescate les guste ir con las personas", explica Späth el sentido de este ejercicio. También a los perros adultos debe entretenerlos el entrenamiento. Al fin y al cabo, no son conscientes de la gravedad de la situación. Los perros de rescate buscan y encuentran personas porque les encanta hacerlo. Es lo que han aprendido a lo largo de años de formación.
"Cuanto antes se comience con el entrenamiento de los animales, mejor", explica Stefan Sobotta, de la Federación de Perros de Rescate alemana. En ella hay unos 700 perros preparados para el cometido.
Entre los perros de rescate hay muchos collies, labradores, pero sobre todo mestizos. Los ideales para esta tarea son perros que llegan a la altura de la rodilla, les gusta trabajar con personas y se motivan fácilmente con juegos o comida. Las recompensas para los perros son individuales, a cada cual se le da su premio favorito. Como en el caso de las personas que se dedican a esto, los animales tienen que estar en forma.
El entusiasmo por su tarea es palpable en los perros del equipo de salvamento Rhein-Lahn-Taunus. Por lo general, se entrena a cada animal individualmente. Los animales esperan expectantes en sus jaulas el momento en el que les toque a ellos.
Dutch, el labrador de la formadora Späth, da un gran salto para salir del automóvil. Él ya ha concluido su entrenamiento y por eso los ejercicios que le ponen son claramente más difíciles que los del cachorro Bado. Debe, por ejemplo, encontrar a un hombre que está sentado en un árbol y a una mujer que se esconde bien entre bloques de madera.
Dos veces por semana entrena este equipo durante varias horas cada vez. A ello se añade entrenamiento en casa, la clase teórica, las pruebas y las misiones. "Es muy oneroso", dice Melanie Schönbach, responsable de la formación de la perra Frieda. Todo es sin retribución, tampoco hay dinero para las misiones.
Pese a todo, no hay problema de reemplazos. "Quería hacer con mi perro algo que tuviera sentido", cuenta Schönbach. Esta razón, explica Sobotta, es la que dan la mayoría de los miembros. La motivación es similar ya sea para trabajar con los bomberos o con la Cruz Roja, dice. "La gente quiere ayudar".
En algunas regiones, los equipos tienen no obstante problemas para encontrar lugares para el entrenamiento. No a todo el mundo le gusta que se realicen entrenamientos en su propiedad, aunque esta esté en un bosque.
Los equipos necesitan variedad de lugares de entrenamiento para poder formar bien a los perros para cuando tengan que enfrentarse a un caso real. La formación de un perro de rescate dura entre un año y medio y dos años. Primero tienen que mostrar en un test que dominan órdenes como "sitz" y "platz". Después es cuando vienen ya los entrenamientos.
La mayoría de los animales recibe formación de búsqueda en superficie y algunos, adicionalmente, entre escombros. Sueltos de la correa, buscan a personas desaparecidas. Muchas veces, en la vida real, se trata de pacientes con demencia. También de excursionistas y niños que se han perdido. La mayoría de los perros señaliza ladrando que ha encontrado a alguien. Los animales aprenden a seguir rastros olfativos.
Los equipos de perros de rescate los emplean la policía o los equipos de salvamento. Cuántas veces es algo que varía. Así, por ejemplo, el de Rhein-Lahn-Taunus tiene al año unas 80 misiones. Algunos de sus perros han trabajado ya en misiones en el extranjero, como tras terremotos en Italia o en Filipinas.