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Antes de acudir al veterinario con un perro o un gato, el propietario debería acostumbrar a su mascota al viaje en coche de manera que el desplazamiento se produzca sin temor alguno. Además, conviene que se planifique el viaje con suficiente tiempo para evitar que el animal note ajetreo.
Muchos veterinarios ofrecen ya visitas para conocer al animal de forma que pueda familiarizarse con la sala de espera o la mesa en la que va a ser atendido y así la mascota puede llevarse una impresión que no esté relacionada con dolor alguno.
Asimismo, en el caso de una visita de esa índole la mascota debería ser recompensada en abundancia, de forma que pueda llegar a reconocer que no es tan terrible ir al veterinario.