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En esos momentos en los que el perro y el gato están nerviosos por tanto ruido, los dueños deben mantenerse tranquilos para transmitirles calma.
Es importante que tengan un lugar más tranquilo al que retirarse y que las ventanas y las persianas estén cerradas, de forma que quede reducido el nivel de ruido procedente de la calle.
Si en la vivienda existe una habitación menos expuesta al ruido, lo aconsejable es llevarles ahí y permanecer con ellos. Y hay que asegurarse de que los gatos a los que se deja salir de casa, estén en ella antes de que comiencen las celebraciones.
Al contrario de lo que piensan muchos dueños, acariciar excesivamente a los animales y hablarles demasiado no les ayuda. Comportarse de forma normal les transmitirá la sensación de que todo está en orden, ayudándoles a relajarse.
Las jaulas con pájaros y con pequeños animales como conejos, cobayas o hámsteres deben estar alejadas de la ventanas y tapadas con un paño u otra tela.