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Los perros y los gatos necesitan un equipo mínimo de escudilla para la comida, cama y juguetes. Es recomendable que la comida sea la que estuvieran comiendo antes de llegar a casa, aconseja Lea Schmitz, de la Asociación Alemana de Protección de los Animales.
Los perros necesistan también una correa y un cepillo. Los gatos precisan dos areneros y ponerles un árbol para gatos en el que puedan trepar es aconsejable.
Los animales estarán asustados al principio. Para que se sientan seguros hay que darles suficientes opciones para que se escondan. Para las pequeñas mascotas se aconseja una jaula con heno, agua y comida.
Además, hay que acondicionar nuestra casa para recibir a nuestros nuevos amigos. "Los animales jóvenes son curiosos y roen cosas y tiran otras al suelo", dice Simone Pohl, de la Asociación Profesional de Educadores de Perros y Consultores de Comportamiento.
Plantas venenosas, cables y otros peligros deben ser dispuestos de forma que el animal no pueda llegar a ellos. Si hay balcón en casa, debe quedar asegurado con una red.
Los productos de limpieza hay que guardarlos en algún lugar al que no puedan acceder para evitar intoxicaciones. Las cosas que puedan llegar a tragarse hay que ponerlas fuera de su alcance y nunca hay que dejar velas encendidas sin nuestra vigilancia.
También es importante que la familia establezca reglas sobre la actuación con el nuevo miembro. "¿Puede subirse al sofá o a la cama?", pregunta Pohl. Porque una vez que se le permite, luego ya será casi imposible desacostumbrarlo.
En el caso de los cachorros, la mudanza al nuevo hogar tiene lugar en la mayoría de los casos sin problemas. "Pero puede ocurrir que eche de menos a la madre o a los hermanos", dice Schmitz. Hay que dar tiempo al animal para que se acostumbre y no agobiarlo.
Los gatos también necesitan tranquilidad. "El dueño no debe acercarse directamente al animal, sino sentarse en el sueño cerca de él y dejar que sea el gato el que decida si se acerca y cuándo", explica. También a los roedores hay que darles tiempo y espacio para que se aclimaten.
Un nuevo animal en casa supone, inicialmente, una ocupación para las 24 horas del día. "A los cachorros hay que sacarlos a la calle al principio cada dos horas para que hagan sus cosas", dice Pohl. Además, al inicio habrá noches en vela. Por eso es importante aclarar quién se ocupa del animal en cada momento.
En el caso de los perros y los gatos es bueno si uno de los dueños se toma dos semanas de vacaciones, aconseja Ross. En el caso de animales más pequeños no es necesario.
Es importante, no obstante, que el gato y el perro se acostumbren a estar solos, por lo que no es recomendable hacer cosas muy diferentes a las del día a día.
Quien viva de alquiler, es mejor que pregunte antes al arrendador si puede tener animales en casa. Los pequeños, como los hámsters, los conejos, los peces o los pájaros no suelen ser problema, dice Schmitz. Para mantener la tranquilidad en la finca, es bueno informar a los vecinos, especialmente en el caso de que vayamos a tener perros, gatos o papagayos, porque pueden ser ruidosos.
Es importante tener localizado un veterinario. "Una vez haya llegado a casa nuestro nuevo amigo, sería bueno llevarlo a la consulta y que el veterinario vea que todo está en orden", indica Schmitz.
Las visitas de amigos y familiares deberían dosificarse en un inicio. "Hay que dar tiempo al animal para que explore bien y tranquilamente su entorno antes de que lleguen muchas visitas", opina Schmitz.
No obstante, recomienda que si tenemos un nuevo perro, lo presentemos con cuidado a niños y vecinos. En el caso de los gatos dependerá de su carácter lo rápido que llegue a acostumbrarse a extraños.
Mientras que los gatos deberían no salir de casa durante las cuatro primeras semanas, al nuevo perro hay que sacarlo inmediatamente. "Si es un cachorro, basta con que sea al jardín si tenemos", apunta Ross. Pero cuanto antes conozca su nuevo entorno y a los congéneres que hay en él, mejor.