Amor perruno a dos dueños, ¿es posible?

La ruptura de una relación sentimental, un nuevo horario laboral o un cambio de trabajo pueden ser razones por las que el dueño de un perro tenga que ponerse a buscar soluciones para cuidarlo. El “dogsharing” (perro compartido) surge como una alternativa.

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El concepto no es totalmente nuevo, dice Hildegard Jung, veterinaria experta en terapias del comportamiento y vicepresidenta de la asociación alemana GTVMT, dedicada a esa faceta.

“Hace tiempo, lo normal en la familia era que diferentes personas se ocuparan del animal. Lo nuevo es que ahora existen plataformas online en las que el dueño de un perro puede encontrar a personas desconocidas que pueden y quiere ayudar a cuidar al can”, indica.

Según la experta, hay perros que no tienen problema en establecer relaciones con personas distintas. No obstante, es importante que el animal tenga la oportunidad y el tiempo necesario para conocer a quien será su segundo dueño.

Jung aconseja precaución en el caso de perros que están muy ligados a sus dueños o que son ya mayores. “Si la situación es muy estresante para el animal y muestra ansiedad por la separación, habrá que tener mucha paciencia”, indica.

Los perros, no obstante, suelen ser maestros de la adaptación y reaccionan también bien a los cambios de rutinas, siempre y cuando sus necesidades se vean satisfechas. Esto se traduce en una suficiente atención, pero también en descanso en un lugar adecuado.

Un ejemplo es Bebek, un mestizo de nueve años. Su hogar es el de Klaus Sandmaier, en Dossenheim, una localidad del sur de Alemania. A veces también duerme también en casa del estudiante Simon Luczak, en Heidelberg, donde es un invitado muy querido.

“Hay veces en que ni yo ni mi pareja podemos ocuparnos del perro”, dice Sandmaier. “Tenemos un círculo de gente cercana que en ocasiones nos ayuda para que Bebek no esté demasiado tiempo solo pero no siempre funciona”, explica.

Durante un paseo con Bebek entabló conversación con la dueña de otro perro, que le habló de la posibilidad del “dogsharing”. “Enseguida se me encendió una luz”, recuerda Sandmaier.

Se informó en una plataforma online y allí encontró a Simón, con quien comparte el cuidado de Bebek.

Simon creció en Baviera con el perro de la familia. La nostalgia por tener un perro es grande, pero no le es posible por motivos económicos y por el momento de su vida en el que se encuentra.

Entonces tuvo la idea de combinar su interés por el mundo digital y su amor por los animales. Simón es el creador de la plataforma dogsharing-deutschland.de. “En su creación hubo mucho idealismo”, explica.

El anuncio de Klaus Sandmaier lo interesó de inmediato. Los dos se reunieron, salieron juntos a pasear con Bebek y la cosa funcionó. Todos se cayeron muy bien.

Tras varios paseos conjuntos, Bebek se fue por primera vez con Simon. La separación funcionó también, y así ha sido hasta ahora.

A Bebek le gusta estar con Simon, que vive en un piso compartido con más jóvenes. “Al principio necesita un poco de tiempo, entonces le dejo que esté tranquilo y al final acaba viniendo”, explica el joven.

Klaus Sandmaier sabe que su perro está en las mejores manos cuando se queda con él. Y los dos hombres se entienden también bien y no ha habido ningún roce sobre las órdenes o las reglas que debe seguir el perro.

“En casa de Klaus, Bebek no recibe nada cuando están comiendo, por lo que eso tampoco ocurre aquí”, dice el estudiante.

Según Hildegard Jung, es una condición que los dos dueños se entiendan. “La tolerancia también debe estar ahí y hay que dejar algo de espacio al otro”, añade no obstante.

Por lo general, deberían acordarse cosas básicas. ¿Dónde pasa el perro la mayor parte del tiempo? ¿Quién se ocupa de su cuidado en las vacaciones?

“Debe haber un dueño principal que tenga la responsabilidad, tome las decisiones más importantes y se pueda ocupar completamente del perro si llega a ser necesario”, indica.

Si uno está de acuerdo con todo esto, el “dogsharing” es una buena opción. “Hay hoteles para perros, pero la calidad no siempre es buena”, dice Jung. Y los cuidadores de perros que salen a pasear con hasta 20 canes tampoco son una solución buena, añade.

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