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Alimentos seguros para compartir con tu gato
Los gatos son carnívoros obligados, lo que significa que necesitan proteínas animales para sobrevivir.
La carne cocida, como el pollo, la ternera o el pavo, es una excelente fuente de proteínas para los gatos. Asegurate de que la carne esté completamente cocida y sin condimentos ni salsas.
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El pescado cocido, como el salmón o el atún, puede ser un placer ocasional para tu gato y es una rica fuente de ácidos grasos Omega-3, necesarios para un pelaje brillante y una piel saludable. Sin embargo, no tenés que ofrecerles pescado crudo debido al riesgo de parásitos.
Por otra parte, los huevos cocidos también son una buena fuente de proteína para tu gato. Pueden ser servidos revueltos o hervidos, pero siempre sin sal ni otros condimentos.
La calabaza cocida y sin condimentos es segura para los gatos y puede ayudar con problemas digestivos como el estreñimiento. Es una fuente rica de fibra y baja en calorías.
La avena, rica en hierro y fibra, puede ser ofrecida en pequeñas cantidades y siempre sin azúcar ni otros aditivos.
Alimentos que no deberías compartir con tu gato
En primer lugar está el chocolate, tóxico para los gatos debido a la teobromina, que puede causar problemas cardíacos, temblores musculares y, en casos severos, la muerte.
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Las cebollas y el ajo, ya sean crudos, cocidos o en polvo, contienen disulfuros que pueden dañar los glóbulos rojos de un gato y llevar a la anemia.
Las uvas pasas pueden causar insuficiencia renal en los gatos y deben evitarse completamente.
Y aunque a menudo se muestra a los gatos bebiendo leche, muchos son intolerantes a la lactosa, lo que puede provocar diarrea y malestar estomacal. Preferí agua como bebida principal.
Por otro lado, incluso pequeñas cantidades de alcohol o cafeína pueden ser extremadamente peligrosas para los gatos.
Compartir siempre con moderación
Los gatos pueden comer algunos alimentos como embutidos, queso y pan en ciertas circunstancias, pero estos alimentos deben ser ofrecidos con moderación y precaución.
Los embutidos son generalmente altos en sodio y grasas, lo que no es ideal para los gatos. Pequeñas cantidades, solo ocasionalmente, podrían estar bien, pero evitá aquellos que contengan ajo, cebolla u otros condimentos.
Por otra parte, el queso puede ser ofrecido en pequeñas cantidades, pero recordá que muchos gatos son intolerantes a la lactosa. Elegí variedades bajas en lactosa y observá si tu gato muestra algún malestar digestivo.
El pan, especialmente si es simple y sin aditivos, puede ser un bocadillo ocasional. Sin embargo, no aporta un valor nutricional significativo y debe ser dado con moderación.
Siempre es recomendable consultar con el veterinario antes de introducir nuevos alimentos en la dieta de tu gato para asegurarte de que sean seguros y apropiados para sus necesidades individuales.
Mientras que hay ciertos alimentos humanos que pueden ser compartidos con los gatos, siempre es importante asegurarse de que sean seguros y ofrecidos en cantidades apropiadas.
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Mantenete informado sobre qué alimentos son tóxicos y consultá con un veterinario si tenés dudas sobre la dieta de tu felino.
Recordá que la mejor alimentación para un gato siempre será un pienso equilibrado y formulado específicamente para sus necesidades dietéticas.