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En el Antiguo Egipto, los gatos eran venerados y considerados protectores. Bastet, la diosa egipcia de la protección y la felicidad, era representada con la cabeza de un gato. Contrario a la percepción actual de los gatos negros, los egipcios los consideraban un símbolo de buena suerte y prosperidad. Durante este periodo, los gatos eran tan valorados que dañarlos o matarlos era un crimen severo.
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Europa mdieval: La ifluencia del cistianismo
El panorama cambió drásticamente durante la Edad Media en Europa. Las nuevas creencias cristianas empezaron a transformar la visión de los gatos. Cuando el cristianismo se extendió por Europa, se comenzó a asociar a los gatos, y en particular a los gatos negros, con el diablo y la brujería. Esta asociación surgió en parte debido a la naturaleza nocturna y misteriosa de los gatos, y a su independencia, que se percibía como algo sospechoso.
Las bujas y los gatos negros
El vínculo entre los gatos negros y las brujas se fortaleció por las numerosas leyendas y mitos de la época. Se decía que las brujas, consideradas sirvientas de Satanás, podían transformarse en gatos negros para espiar a la gente y ejecutar sus hechizos sin ser detectadas. Esta superstición llevó a la caza de gatos, junto con la persecución de las supuestas brujas, a lo largo de los siglos XIV a XVII.
El gato y la mala suerte
Con el tiempo, la imagen del gato negro como portador de mala suerte se consolidó en la tradición popular. En muchos lugares del mundo, se cree que un gato negro cruzándose en el camino de una persona es un augurio de acontecimientos negativos. Esta creencia sobrevivió a la Edad Media y se solidificó en diversas culturas, especialmente en Europa Occidental y América del Norte.
Casos en América
Durante el periodo colonial en América, similares supersticiones prevalecieron. La famosa caza de brujas de Salem en el siglo XVII también fomentó la idea de que los gatos negros eran cómplices del mal. En algunos contextos, encontrar un gato negro en la noche de Halloween se consideraba un mal presagio, alimentando aún más las leyendas urbanas y mitos.
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La redención de los gatos negros
A pesar de su larga historia de mala fama, la percepción de los gatos negros ha comenzado a cambiar en la era moderna. Muchas culturas han empezado a reconocer la injusticia de las supersticiones pasadas. Organizaciones de defensa de los animales y amantes de los gatos han trabajado para rescatar la imagen de estos felinos, destacando su carácter cariñoso y su importancia en el control de plagas.
Ejemplos de buena suerte
En algunas culturas, los gatos negros son considerados de buena suerte. En el folclore británico, por ejemplo, se cree que tener un gato negro en el hogar puede traerle buena suerte y felicidad al dueño. Similarmente, en Japón, los Maneki-neko (gatos de la suerte) vienen en varios colores, incluido el negro, que se dice protege contra el mal.
La mala fama de los gatos negros tiene raíces profundas en la historia, influenciada por cambios culturales, mitologías y eventos históricos. Sin embargo, en la era contemporánea, se está haciendo un esfuerzo por desenmascarar estas viejas supersticiones y celebrar a estos misteriosos felinos. Reconocer la verdadera naturaleza de los gatos negros ayuda a romper con siglos de mitos y asegura que estos adorables animales no sean juzgados injustamente.
Con una nueva apreciación de su historia y comportamiento, los gatos negros pueden finalmente ser vistos con la buena fortuna y respeto que merecen.