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Compañero, guardián, defensor y hasta encargado del apoyo emocional que necesitan ciertas personas el perro ha recorrido un largo camino en la historia junto a los humanos.
Y es justo que reciba también afecto y cuidados sanitarios en retribución. El amor perruno ocupa redes, portarretratos, y un lugar preferencial en el hogar.
Sus ladridos, sus correteos al jugar y demostraciones de habilidad contribuirán más a despertar sentimientos de admiración hacia ese ser de cuatro patas que ocupa ahora un lugar en la agenda.
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Sube al coche, te acompaña en las caminatas y aguarda paciente cerca de tu cama en su afán de que se le preste atención y cariño. Una mano por el lomo, su panza, su cabeza y listo, queda complacido.
Un cariñoso dependiente necesita atención
El cariñoso dependiente buscará tus miradas, tus palabras, tu sonrisa y tus caricias, ajustado a su rol de mascota pasará por diversas etapas que deben ser atendidas con vacunas, visitas al veterinarios e incluso atención a alguna urgencia como la picadura de una abeja o la fractura de una pata.
El cariñoso dependiente te hará saber que necesita tu amor con movimientos de cabeza y patas, se acercará con esa cara inocente y servicial y solo te pedirá que le mimes, así sea un chiquitín peludo o un gigantón.
El cariñoso dependiente sufre cuando se le deja solo y es capaz de lanzar alaridos muy semejantes a una persona cuando siente dolor. Lejos de su amo y su familia se sentirá sin ganas de comer, sin fuerzas para correr.
Y la solución es muy fácil, hay que demostrarle cariño, el único modo en que se siente a salvo y protegido es ser el centro de atención. Un querendón empedernido que doma a sus humanos.