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Antes de que tu perro se zambulla en la piscina, es crucial tener en cuenta tanto la seguridad del animal como la de los miembros de la familia. Los perros suelen ser nadadores naturales, pero no todos se sienten cómodos en el agua. Además, el cloro y otros químicos que se utilizan para mantener las piscinas limpias pueden afectar la piel y el pelaje de tu mascota.
Cloro y químicos
El cloro puede causar irritación en los ojos y la piel de los perros, especialmente si son sensibles o tienen predisposición a problemas dermatológicos. Si bien la concentración de cloro en la mayoría de las piscinas no es tóxica, puede alterar el equilibrio natural de los aceites en la piel del perro.
Higiene
Los perros pueden introducir suciedad, pelo y otros contaminantes en la piscina, lo que puede requerir un mantenimiento adicional y más frecuente del agua. Es importante asegurarse de que tu perro esté limpio y haya hecho sus necesidades antes de permitirle nadar.
Cómo bañar a tu perro de forma segura en el agua
Cerciorate de que tu perro sepa cómo entrar y salir de la piscina con seguridad. Proporcionar una rampa o escaleras fáciles de usar puede ser necesario para evitar accidentes o lesiones. Nunca dejes a tu perro en o cerca de la piscina sin supervisión.
Si decidís que tu perro se una a la diversión en la piscina, aquí hay algunas pautas a seguir:
- Probá una introducción gradual: Presentá a tu perro al agua lentamente para que se acostumbre a la sensación de flotar y nadar.
- Enjuague después de nadar: Asegurate de darle a tu perro un buen enjuague con agua dulce después de nadar para eliminar el cloro y otros químicos de su pelaje y piel.
- Vigilancia: Supervisá a tu perro en todo momento mientras esté en la piscina para intervenir en caso de problemas.
- Juguetes flotantes: Usá juguetes que floten para animar a tu perro a nadar y para que tenga una experiencia más agradable.
- Evitar la ingestión de agua clorada: Entrená a tu perro para que no beba el agua de la piscina, ya que el cloro y los químicos no son buenos para su sistema digestivo.
Nadar en la piscina puede ser una excelente forma de ejercicio para los perros, especialmente para aquellos con artritis o problemas de movilidad. El agua ofrece una resistencia baja que ayuda a fortalecer los músculos sin someter a las articulaciones a un estrés excesivo.