“Fiuto” (olfato, en español) acaba de abrir sus puertas en el norte de la capital, en el barrio de Ponte Milvio, para ofrecer un “menú gourmet” para “los amigos de cuatro patas” y sus dueños.
El formato es sencillo. Junto a las mesas convencionales se han colocado unas pequeñas camas para que los perros se sienten igual de cómodos que sus compañeros humanos y ante las que se les sirve su comida, con un emplatado digno de un restaurante de lujo.
La apertura de este local, en una de las zonas de más ambiente de la capital de Italia, ha causado una gran curiosidad entre romanos y visitantes.
“Ha venido gente incluso de Corea del Sur y Brasil”, aseguró a EFE el gerente del local, Marco Durano, que afirmó que este restaurante es “el primero en tener una segunda cocina solo para perros”.
Menú a la medida
El menú para los animales ha sido elaborado por un nutricionista veterinario en función sobre todo de la raza y el tamaño de cada uno de los clientes caninos que acuden cada fin de semana al local.
Luca Grammatico es un adiestrador de perros que, tras 25 años de trayectoria profesional, ha trasladado su lugar de trabajo de la calle a la cocina para ejercer de chef para los perros que llegan al restaurante, encargándose también de darles la bienvenida.
“Me han bautizado como el ‘chef dog’”, se congratula mientras prepara la ‘mise en plase’ de los platos que posteriormente preparará para los perros.
Antes de elaborar la comida, Grammatico se encarga de conocer la dieta habitual de los cánidos así como posibles alergias e intolerancias que, dijo, también presentan al igual que los humanos.
Después de conocer las preferencias del cliente, el chef canino cocina el plato escogido entre un menú compuesto por comidas a base de pescado, pollo, carne o vegetales, elaborado según el peso del perro y que incluye opciones como pollo con verduras o merluza con queso ‘ricotta’.
En “Fiuto” se sirven incluso bebidas para los perros, como zumos naturales de manzana verde o sandía o agua embotellada porque a los perros “se le sirve la misma calidad que a los humanos”, sostuvo.
Para evitar, además, posibles conflictos entre los clientes caninos, el restaurante está dotado con un sistema de mamparas para que no se vean los unos a los otros, y, además, nunca se junta a machos con hembras para evitar otras problemáticas.
“Respuesta positiva”
Los propietarios, que han realizado una inversión “importante” para una apertura que no ha estado exenta de problemas burocráticos, no esperaban una acogida tan “positiva” entre el público.
"He recibido mucho 'feedback', aunque todo positivo", señaló Durano, añadiendo que a "los perros se les trata como un miembro más de la familia" y eso "gusta" a los clientes.
Francesco, que acudió a celebrar el tercer cumpleaños de su perrita junto a su mujer y a su hija de ocho meses, descubrió este restaurante "mirando Instagram y artículos en periódicos", algo que no es de extrañar, ya que, desde su apertura el 21 de octubre, se viralizó rápidamente en redes sociales.
El restaurante cuenta además con un servicio de fotografía para inmortalizar desde la llegada de los canes a la presentación de los platos, en lo que es toda una experiencia pionera en Italia y que “posiblemente” sea “única en el mundo”, según Durano.