Cargando...
La doctora Adriana González, veterinaria habla sobre el peligro que representa el consumo de restos de alimentos o las sobras de comida que quedan de las fiestas de fin de año a los animales. Señalan el peligro de intoxicación que pueden padecer los animales.
Lea más: Alimentación saludable para tu perro
Rellenos y salsas
Si habías pensado hacer un pavo o carne con relleno de cebolla, puerro, cebolletas o ajo escondelo de tus perros. Estos alimentos pueden causarle una gastroenteritis grave e incluso ser tóxicos.
Queso azul
A la mayoría de los perros les encanta el queso, pero los quesos azules como el roquefort llevan un hongo llamado roquefortina C que les podría provocar problemas de salud. Los perros son sensibles a esta sustancia que puede causar fiebre, vómitos, diarrea y convulsiones.
Lea más: ¿Pueden los perros comer pescado?
Chocolate y turrones
A pesar de ser uno de sus comidas favoritas, el chocolate representa una amenaza real para nuestros perros.
El compuesto químico teobromina es un estimulante, como el café para los humanos, y puede ser fatal para su salud. Cuanto más oscuro es el chocolate, mayor es la toxicidad.
Los dulces que no son de chocolate también pueden ser perjudiciales para tu perro.
Nueces y otros frutos secos
Aunque no todas las nueces son tóxicas para los perros asegurate de mantener las nueces de macadamia fuera del alcance de tus mascotas, ya que en caso de ingerirlas les pueden provocar una reacción letárgica, como piernas temblorosas y rigidez, vómitos y convulsiones.
Lea más: El ruido de la pirotecnia pueden traumar a nuestras mascotas
Pasas y uvas
Las pasas y uvas pueden ser muy perjudiciales para la salud de nuestros perros. Debés ir con cuidado porque algunas delicias navideñas como el budín de Navidad o el pastel de Navidad contienen estas frutas. las mismas podrían provocarle insuficiencia renal.
Alcohol
Los animales no pueden beber alcohol bajo ninguna circunstancia. Los perros son más sensibles al etanol que los humanos, por lo que beber un poco de alcohol les podría causar somnolencia y, en casos más graves, provocar niveles bajos de azúcar y convulsiones.