Alimentar a las mascotas con comida seca reduce su impacto ambiental

MADRID. Los propietarios de perros y gatos podrían reducir significativamente el impacto medioambiental de la dieta de sus mascotas alimentándolas con comida seca (consistente en croquetas o galletas) en lugar de comida húmeda con mayor contenido de agua, según sugiere un estudio sobre mascotas brasileñas publicado en la revista ‘Scientific Reports’.

Comida para perros.
Comida para perros.

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Los resultados ponen de relieve cómo los propietarios de mascotas pueden alimentar a sus animales de forma más sostenible sin dejar de proporcionarles suficientes nutrientes y calorías. La población de perros y gatos de compañía está creciendo en todo el mundo.

En la actualidad, se calcula que en Estados Unidos hay 76,8 millones de perros y 58,4 millones de gatos, mientras que en Brasil hay 52,2 millones de perros y en China 53,1 millones de gatos. Sin embargo, el impacto medioambiental de las dietas para mascotas no está claro.

Marcio Brunetto y sus colegas de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) evaluaron el impacto ambiental -incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de la tierra y del agua- de 618 dietas para perros y 320 dietas para gatos en Brasil.

Investigaron las dietas húmedas comerciales y las dietas secas que se encuentran en los sitios web de tres grandes minoristas brasileños de alimentos para mascotas.

Dietas húmedas para gatos y perros tienen mayor impacto ambiental

También se compararon con las dietas caseras, ya sean alimentos producidos por las empresas o alimentos cocinados por los propietarios en casa con recetas proporcionadas por las empresas. Además, los autores evaluaron la composición nutricional y calórica de las distintas dietas. En todas las variables, las dietas húmedas para gatos y perros tuvieron el mayor impacto ambiental, sobre todo en comparación con las dietas secas. Las dietas caseras tendían a tener un impacto medioambiental intermedio, aunque el uso de agua en las dietas caseras para gatos era similar al de las dietas secas.

Los autores calculan que un perro de diez kilos que consuma una media de 534 calorías al día sería responsable de 828,37 kilogramos de CO2 al año cuando se le alimenta con una dieta seca, frente a los 6.541 kilogramos de CO2 al año de una dieta húmeda, lo que supone un aumento de casi siete veces (689%).

Las dietas secas proporcionaron la mayor cantidad de energía por gramo, mientras que las dietas húmedas y las caseras aportaron mayores cantidades de proteínas. En las dietas húmedas, los ingredientes de origen animal aportaron casi el doble de energía que las dietas secas (45,42% frente a 89,27%), lo que puede contribuir a su mayor impacto ambiental.

Estos resultados ponen de manifiesto el amplio impacto medioambiental de los alimentos para animales de compañía, la necesidad de hacerlos más sostenibles y una indicación de cómo puede lograrse.

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