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Si el dueño del perro se encuentra distraído con el teléfono y deja que la correa se alargue mucho, existe el riesgo de que ciclistas o corredores se terminen enredando o tropezando con ella. El perro también puede saltarle encima a otras personas, incomodándolas.
Es por eso que los especialistas recomiendan no estar mirando el teléfono sino al perro cuando se sale a pasear. También aconsejan llamarlo y atarlo a la correa siempre que sea necesario. Esto vale sobre todo cuando cuando se acercan a plazas con niños o para los casos en los que el perro se topa con otros de su especie, de acuerdo con Sarah Ross, especialista de Vier Pfoten.
Por otra parte, señala que lo ideal es evitar que el perro entre en contacto directo con otro perro sin control del dueño. A fin de cuentas, no todos los perros se llevan bien.
La experta cree por ello que, cuando se saca a pasear al perro, es mucho mejor tomar el paseo como un momento de recreo al aire libre y no aprovecharlo para usar el teléfono móvil.
Otra forma de sacar provecho del paseo es ir probando caminos nuevos o usarlo para entrenar un poco al perro con órdenes como “¡Sentado!”, “¡Quieto!”, “¡Ven!”. Además, estos ejercicios refuerzan el contacto entre dueño y mascota. Y un perro bien entrenado también obedece mejor.