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“Hay varios tipos de bozales; los mejores son los de forma de canasta, porque permiten al perro el jadeo normal ya que sabemos que el animal suda por la boca”, dice el veterinario Raúl Tuma.
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Este tipo de bozales también les permite a los perros beber agua. “Están los de tela y los de cuero que solamente abarcan la boca. Todo bozal debe estar adaptado a la cabeza del animal y debe estar acorde al uso que queremos darle, no es lo mismo un bozal para perros chicos o medianos que uno para perro grande, tampoco sirve un bozal de un ovejero alemán a un bulldog, o un pitbull por la forma de la cara”, explica el Tuma.
Acostumbrar el uso de bozal
Para Raúl Tuma, hay que acostumbrar el uso del bozal, ya que es importante sobre todo en aquellos perros que lo van a utilizar frecuentemente. “Hay que ponerlos de a poco como un juego, muchas veces poniendo un pedazo de alimento de manera que el animal crea que estamos haciendo un juego y acostumbrarlos de a poco”.
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Comenta que en otros países el uso del bozal y correa es obligatorio para el paseo por lo cual el acostumbramiento de nuestras mascotas a estos es necesario y una vez que su uso se vuelve rutinario, el animal ya lo busca a la hora del paseo.
Por otra parte, “el uso del bozal no debe servir como corrector porque el animal muerde cosas, o adopta conductas agresivas, destruyendo muebles y otros objetos. Esto porque hay que tener en cuenta que el uso del bosal no es apto para todo el día, solo en momentos específicos. Tampoco puede utilizarse cuando lo que queremos es evitar que los animales se laman las heridas ya que para ello se recomienda el uso del collar isabelino”, explica Tuma.
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“Tampoco se le puede dejar todo el día con el bozal porque lo puede volver irascible, atropellar todo lo que se le pone enfrente y lastimarse. Cada país tiene leyes sobre el uso del bozal en nuestros animales, en que caso y cómo hacerlo. Hagamos como un juego y usemos el bozal solo en caso necesario”, aconseja el veterinario.