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A menudo, los dueños deciden llevar a sus perros de vacaciones, y también allí pueden los animales llegar a sufrir alguna lesión menor. Pero no siempre se debe salir de inmediato en búsqueda de un veterinario si el botiquín de viaje está bien armado.
Siempre hay que llevar en el bolso de viaje una pinza y un desinfectante para el perro. De esa forma, el propio dueño puede asistir al animal si se clava una espina o se le quedan atrapadas piedras entre las almohadillas de las patas.
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Los expertos en veterinaria recomiendan primero pelar la zona afectada y luego lavarla y desinfectarla. Después, retirar el objeto con cuidado con ayuda de una pinza.
En tanto, las picaduras de abejas y avispas suelen ser bastante inofensivas para los perros. A menudo solo hace falta aplicar una pomada refrescante en la zona de la picadura y retirar el aguijón con una pinza o un pañuelo.
También es útil contar en el botiquín del perro con solución salina estéril, que se puede utilizar como líquido de enjuague para las heridas de la piel o los cuerpos extraños en el ojo; distintos elementos de vendaje, como vendas de gasa, compresas y rollos de esparadrapo; y un par de pinzas para garrapatas.
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Según el destino de las vacaciones, tampoco se debe olvidar el repelente de insectos.
Los expertos recomiendan sin embargo acudir a un veterinario, aunque se esté de viaje, en caso de heridas abiertas, reacciones alérgicas a una picadura de abeja o si se observan síntomas en el perro que indiquen un golpe de calor.