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Así como en los humanos, el envejecimiento cambia el funcionamiento del organismo del animal. Lo principal es que los gatos ancianos son menos activos porque su tono muscular disminuye, así que lo primero es que ya no verás a tu mascota correr, saltar o trepar como antes.
Otro punto es que pierde el apetito y puede presentar problemas en dientes, por eso se debe comenzar a suministrar comidas más blandas o húmedas y disminuir los balanceados secos. Además, sus intestinos pueden deteriorarse, entonces comienzan los problemas con la absorción de nutrientes y la pérdida de peso.
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Algunos gatos mayores presentan estreñimiento. Las enfermedades del riñón también son más frecuentes porque toman poca agua, por lo cual el “humano” de un gato anciano debe prestar mucha atención a los cambios de comportamiento del felino.
Como todo “abuelito”, los gatos mayores duermen más, aunque su sueño es menos profundo. Pero siempre buscarán lugares tranquilos y mejor si les dan los rayos del sol.
Visita al veterinario, más frecuente
Los gatos mayores deben visitar al veterinario como mínimo una vez al año para hacerse un chequeo geriátrico básico para evaluar los problemas de corazón, tiroides y boca, para descartar enfermedades neurológicas.
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También se deben efectuar análisis de sangre para comprobar el funcionamiento del riñón, hígado y tiroides, así como recuento de células sanguíneas, es decir un hemograma. Las vacunas además son fundamentales para prevenir enfermedades, principalmente las infecciosas.
Sobrepeso
El envejecimiento también puede causar cambios en el peso del felino. Muchos animales presentan sobrepeso, por lo que el control regular es también importante. Hay que ayudar al gato a hacer ejercicios, incentivarle a que se mueva. Los juguetes con plumas o las pelotas les atrae mucho.
Los gatos ancianos tienden a hidratarse menos, por lo que es preferible que se les proporcione una dieta húmeda (enlatados) con alto contenido en agua. Evitar los enlatados que tienen base de aceite
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También es primordial controlar la micción y su defecación, pues como es viejito tiene más inconvenientes renales y detectarlos a tiempo será un paso clave entre la vida y la muerte.
Un ambiente confortable
Tu gato mayor va a tener problemas para subir a sitios altos, por eso es recomendable ir colocando pequeños escalones para “ayudarle” a llegar donde antes podía. Por ejemplo, le va a costar subir a las sillas, por lo que es mejor que coloques banquetas que actuarán como una escalera. También necesitan un lugar de descanso cálido donde puedan dormir sin ser molestados.
Con la edad, los gatos tienden a acicalarse menos y necesitarán cepillados frecuentes, lo que también facilita que “el humano” pueda advertir la presencia de pulgas o enfermedades en la piel.
Enfermedades frecuentes
La insuficiencia renal es una de las enfermedades más frecuentes en el animal anciano. También son comunes las de origen hormonal como la diabetes, hipertiroidismo, hipertensión, tumores, enfermedad periodontal, artritis e infecciones como las provocadas por el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV).
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Algunos gatos padecen varias enfermedades al mismo tiempo, por lo que el diagnóstico puntual es complicado. Se le deben realizar varias pruebas e ir viendo los síntomas “por descarte” para llegar a un tratamiento adecuado y, sobre todo, darle una mejor calidad de vida por más tiempo a tu mascota.