¡Cuidado! Bulbos de lirios y violetas son venenosos para perros y gatos

Muchos bulbos de flores representan un importante peligro para perros y gatos debido a su alta toxicidad.

Los bulbos de los lirios se deben enterrar en otoño para que florezcan en primavera, a una profundidad en que no estén al alcance de las mascotas.
Los bulbos de los lirios se deben enterrar en otoño para que florezcan en primavera, a una profundidad en que no estén al alcance de las mascotas.Florian Schuh

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Según advierte Tina Hölscher, veterinaria de la organización alemana de protección animal Aktion Tier, sobre todo el lirio de los valles, las violetas y las anémonas de bosque pueden causarle a la mascota graves problemas gastrointestinales.

Los casos de envenenamiento se multiplican sobre todo en primavera y otoño, cuando se plantan los bulbos para su floración.

Los bulbos esparcidos en el jardín atraen a los perros, que se ponen a jugar con ellos sin que los dueños se den cuenta. Según Hölscher, ante las primeras señales de intoxicación, los propietarios de la mascota tampoco tendrán en cuenta que puede deberse al contacto o ingesta de un bulbo.

Si el animal ha comido un bulbo, es conveniente llevarlo a la veterinaria lo antes posible. Si se llega al control antes de que haya pasado una hora de la ingesta, se le puede inyectar un preparado que induce el vómito.

Los bulbos de lirios y violetas se deben plantar en otoño, a una profundidad tal que no estén al alcance de las mascotas.
Los bulbos de lirios y violetas se deben plantar en otoño, a una profundidad tal que no estén al alcance de las mascotas.

Según Hölscher, el lavado gástrico es útil durante las cuatro horas siguientes a la ingestión del veneno. En una etapa posterior, puede ayudar el carbón activado, que se administra cada ocho horas en una dosis máxima de cuatro gramos por kilo de peso corporal de la mascota.

Un consejo: los bulbos no solo deben almacenarse a prueba de animales antes de la siembra o entre temporadas. También deben estar lo suficientemente hundidos en el suelo para que los perros no puedan encontrarlos al cavar.

Desde el punto de vista de la horticultura, los bulbos y tubérculos que florecen en verano deben plantarse en primavera al doble de profundidad que su altura. Sin embargo, las dalias y las begonias se plantan apenas por debajo del nivel del suelo.

Los bulbos y tubérculos de floración primaveral, que se introducen en el suelo en otoño y tienen más de 2,5 centímetros de diámetro, deben plantarse a una profundidad de entre siete y diez centímetros. Los bulbos de cinco centímetros de diámetro se colocan en la tierra a 15 centímetros de profundidad.

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