Perros practican el rescate de personas en los Alpes

A pesar del cielo gris y la gran cantidad de nieve que hay en la montaña, la experimentada hembra de pastor australiano sabe exactamente lo que debe hacer.

El entrenador de perros Dörg Stephan busca con la perra Amira, en un simulacro, personas enterradas en la nieve.
El entrenador de perros Dörg Stephan busca con la perra Amira, en un simulacro, personas enterradas en la nieve.Karl-Josef Hildenbrand

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En algún lugar entre las masas blancas hay una persona enterrada que espera ser rescatada. Amira, de ocho años, capta el olor y corre decidida hacia la ladera, seguida por su entrenador Dörg Stephan.

De repente, la perra ladra, empieza a cavar y se mete en el pozo donde podría haber una persona. Poco después, Stephan, de 57 años, se acerca al lugar del accidente y sigue cavando con su pala.

Apenas ve a la víctima de la avalancha, pasa un comunicado por radio: “es una mujer y está consciente”.

En este caso se trató solo de un simulacro. Las supuestas víctimas de la avalancha son colegas de Stephan, que pertenecen al equipo de rescate de montaña de la región alpina de Algovia.

Las supuestas víctimas quedan atrapadas bajo cuevas de nieve artificiales mientras realizan el entrenamiento anual con el escuadrón de perros de rescate de avalanchas.

Los once perros de búsqueda y rescate en la nieve se entrenan en la zona de esquí de Grasgehren, cerca de Obermaiselstein, un municipio de Alta Algovia en el estado federado de Baviera, Alemania.

Al final de algunas jornadas de entrenamiento, los canes y sus cuidadores tienen que superar un examen. Durante las prácticas se ejercitan gestión de riesgos, tácticas operativas y estrategias de búsqueda.

Stephan es un rescatista de montaña a tiempo completo. Trabaja para el servicio técnico de la organización de rescate y es el encargado de los equipos de radio. Sin embargo, trabaja de manera voluntaria en el equipo de rescate con perros, al igual que todos los demás.

En caso de emergencia, tiene que acudir inmediatamente al lugar del accidente e iniciar la búsqueda con Amira. Cada minuto cuenta.

“Los famosos quince minutos en los que tienes la posibilidad de sobrevivir se acaban en un periquete”, comenta el socorrista.

La realidad es que solo en unos pocos casos un perro de búsqueda entrenado estará en el lugar antes de que pase ese cuarto de hora, que según los expertos es el tiempo de supervivencia bajo una avalancha.

Esto se debe a que, normalmente, los entrenadores de los perros suelen estar trabajando y primero tienen que llegar al lugar del accidente con su animal, normalmente en coche. Desde el momento en que se recibe la alarma, esto puede demorar incluso media hora.

Es por eso que los guardias de montaña insisten en que los acompañantes de las víctimas deben ser los primeros en acudir al lugar.

“La ayuda de los acompañantes sigue siendo la mejor oportunidad de sacar a alguien con vida de la avalancha”, subraya el jefe del equipo de perros de avalancha de Algovia, Xaver Hartmann.

No obstante, también ocurre de vez en cuando que las víctimas enterradas sobreviven en la nieve durante mucho más tiempo que esos quince minutos. Ahí es donde les toca actuar a los perros rescatistas, que en caso de ser posible, son trasladados en helicóptero.

Los animales comienzan con su trabajo inmediatamente después de recibir la orden de búsqueda.

Pese a la seriedad del entrenamiento, Paco parece divertirse. El Gran Munsterlander, de dos años, corretea salvajemente por el extenso campo de nieve, saltando a veces a la izquierda y luego a la derecha. Al rato, él también encuentra lo que busca. Rescata a la víctima enterrada a más de un metro de profundidad. El olfato de estos perros también les permite encontrar el cuerpo de una persona a una mayor profundidad.

“Un perro de avalancha sustituye a 20 rescatistas de montaña en la búsqueda de víctimas enterradas y personas desaparecidas, y su capacidad olfativa es unas 50 veces mejor que la de los humanos”, explican los expertos en rescates.

Por eso, a pesar de los avances tecnológicos, el uso de perros sigue siendo el método más eficaz para localizar rápidamente a las víctimas de aludes, según indican los socorristas de la región de la Alta Baviera.

Aún persiste la creencia de que los perros de avalanchas son los enormes San Bernardo con un barril de aguardiente colgando de su cuello. “Eso es un mito, nunca ha ocurrido”, sostiene Hartmann.

Justamente el San Bernardo, un perro demasiado pesado, conjuntamente con el dachshund (perro salchicha), cuyas patas son muy cortas para la nieve alta, son menos adecuados para el rescate en la nieve que casi todos los demás perros, ya sean de pura raza o mestizos, acota.

La Asociación Alemana de Perros de Rescate explica que los perros de avalancha también tienen que cumplir requisitos especiales en comparación con otros canes de rescate.

“Deben estar entrenados y dominar situaciones como el transporte en helicóptero, en telesilla o en telecabina, y saber cómo actuar ante una máquina pisanieves”, subraya la asociación.

Durante el entrenamiento, el perro aprende “a acompañar a su adiestrador que se moviliza sobre esquíes y a descender con él desde grandes alturas”.

Los sabuesos no solo son solicitados en invierno. En verano también se utilizan para buscar a personas desaparecidas, ya que los excursionistas se pierden regularmente en los Alpes y no encuentran el camino de regreso.

Los perros especializados en avalanchas también pueden prestar una valiosa ayuda en caso de terremoto o derrumbe de casas. Hartmann cuenta que los rescatistas de la región de Algovia ya colaboraron en dos oportunidades en labores de rescate en Turquía.

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