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Las lesiones dermatológicas, oculares y la pérdida de peso son evidentes cuando la mascota sufre leishmaniasis.
El perro por ejemplo, pierde pelo y la piel tiene prominencias, con una excesiva descamación. Se observa que las uñas tienen una mala apariencia y crecen exageradamente. Los ojos lagrimean y también pierden pelo alrededor.
El animal cojea y elimina sangre por la nariz, con todo esto adelgaza aunque coma, y aumenta su ingesta de agua. Y la larga lista de síntomas incluye fiebre, vómitos y diarrea, entre otros.
Contrae la enfermedad por medio de la picadura de un flebótomo, un insecto que habita en los patios, conocido como “Karachá”.
La leishmaniasis no tiene cura en los animales, pero la atención temprana puede mantener los síntomas bajo control. El tratamiento de la enfermedad es de por vida.
No se debe desconocer que la leishmaniasis puede transmitirse al ser humano, por ello hay que redoblar esfuerzos por mantener limpios los espacios donde podría circular el flebótomo.
Cómo prevenir la leishmaniasis
Como medida de prevención se recomienda utilizar pipetas para ahuyentar a los insectos y además existen vacunas antileismania. Consulte con su veterinario.