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“Que los niños duerman con sus mascotas no depende de la raza ni del tamaño del animal, lo más importante es el temperamento y estabilidad emocional del peludito”, dice la doctora en Ciencias Veterinarias, Monserrat Viveros.
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Asimismo habla reflexiona si es saludable o arriesgado que nuestros niños compartan su cama con las mascotas del hogar, que finalmente forman parte de nuestra familia.
Según Viveros, podemos adoptar la costumbre de dejar subir a la cama a los perros o gatos desde cachorros, una vez que ellos adopten este hábito es más difícil llegar a bajarlos, ya que resulta más placentero y seguro para ellos dormir con sus dueños.
Desde la óptica de la veterinaria, las prácticas de conductas de las mascotas deben de comenzar cuando estas llegan a la casa formando parte de la familia, y así también parte de las costumbres y educación que les demos.
Alérgicos no deben dormir con perros y gatos
Por otro lado, Viveros refiere que hay un factor que puede ser perjudicial para los humanos sobre dormir con las mascotas, y “es cuando presentamos enfermedades respiratorias o alergias, para esto se realizan análisis con dermatólogos especialistas o alergistas, para saber a ciencia cierta si padecemos alguna alergia y de ahí en más decidir si los dejamos o no subir a las camas de nuestros hijos”.
Muchas veces no sabemos si un niño es alérgico a un perro o gato, por eso, agrega la veterinaria, “debemos estar alertas en caso de que alguno presente estas reacciones al estar en contacto con algún peludito”:
- Estornudos constantes.
- No pueden respirar normalmente.
- Sienten molestias y picazones.
- Dolor e hinchazón de la nariz.
La doctora destaca que ante cualquiera de estos síntomas que se presenten luego de estar en contacto con las mascotas se recomienda acudir al alergista para análisis y estudios.
Dormir con mascotas ayuda a reducir el estrés y la ansiedad
Dormir con las mascotas por otro lado genera una mayor sensación de seguridad emocional y física para ambos, es decir, humanos y animales. Esto ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, en especial si el niño ha tenido un mal día o presenta conductas agresivas.
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Para compartir la cama debemos higienizar a las mascotas
Otro de los factores a tener en cuenta, son las condiciones de higiene tanto de perros como de gatos, es claro que dormir con ellos puede ser un foco de transmisión de enfermedades, razón por la cual se recomienda mantener a nuestros mejores amigos peludos al día con vacunas, por el bienestar de los animales y sus dueños.
Solo se debe compartir la cama en caso de estar seguro de que no sufren de alguna enfermedad contagiosa, si no tiene pulgas, garrapatas, sarna u otro problemita.
Uno de los consejos, además del baño regular para mantener el pelaje limpio y evitar malos olores, es asear las patas del animal con toallas húmedas, sobre todo antes de entrar a casa. Si el niño no es alérgico no te preocupes no hay riesgo de que la pase mal compartiendo su cama con su perrito o gatito.
Cuidado con los gatos
Si bien los felinos son considerados animales higiénicos, estos siempre salen a recorrer el barrio por las noches y al volver pueden traer consigo pulgas, parásitos, o alguna que otra enfermedad dermatológica que puede ser dañina para el humano, con los gatos se requiere bastante atención.
Ante esto, la cuestión del baño es importante. La frecuencia podría ser una vez al mes y los cepillados deben ser constantes para evitar la acumulación de pelo y porras que podrían llevar a problemas en la piel de la mascota.
La mayoría de los gatos pasan su vida sin necesidad de tomar un baño ya que ellos se acicalan y se limpian regularmente, pero a veces un chapuzón rápido es inevitable; en especial si aparece algún problema dermatológico.
Si dejan de acicalarse es un llamado de atención para los propietarios de que algo anda mal.
Es responsabilidad de los padres
La salud de los niños depende exclusivamente de las prevenciones de los padres ante las enfermedades, para esta etapa de la vida es responsabilidad de los padres saber si los hijos pueden o no dormir con las mascotas.
Antes de permitir esta situación lo primero es conocer si el niño es alérgico o no al pelo del gato o del perro. Controlar si las mascotas generan o no un incómodo descanso, a veces cuando el amigo peludo es cachorro no se queda quieto o se pone a jugar en las noches generando en los niños el sueño interrumpido.
Si la mascota no interrumpe el sueño, aporta mayor contención emocional y ningún riesgo a la salud de tu hijo o hija entonces no existe problema alguno, al contrario el niño se sentirá protegido.
Si optan por dejarlos dormir afuera de la habitación o en el patio, prepararles un espacio con techo, una camita y abrigo en días frescos, sin humedad, y siempre cerca suyo un bebedero que agua y comida en caso que sean necesario.