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Algunos dueños de perros no dimensionan lo que significa el maltrato animal y los dejan atados en balcones o patios donde el perro se empapa con la lluvia por horas.
El canino puede sufrir enfermedades de la piel y hasta enfermedades respiratorias y alérgicas, si se ve obligado a permanecer en lugares donde la lluvia los deja más indefensos.
El perro es un animal que debe protegerse. Una cosa es disfrutar de la frescura del ambiente por la lluvia y otra quedarse atascado en el barro durante horas.
¿Sabías que hay bacterias y hongos que pueden afectar a tu mejor amigo? La humedad abre la puerta a hongos que se instalan en la piel del perro, un mal momento que puede durar meses y afectar gravemente su bienestar.
El moho es también un mal que suele prosperar en ambientes húmedos y que no le viene bien a los alérgicos.
Si ya tiene sus años resentirá especialmente sus articulaciones. Otros cuando baja la temperatura, se contagian de tos de las perreras y moquillo. Los síntomas van desde la tos hasta fiebre y deshidratación.
Y, por último, no olvidemos que la lluvia es beneficiosa para la tierra, pero produce algunos charcos contaminados por las basuras, y que el can se sentirá tentado a beber agua. Esto puede desencadenar diarreas.
El perro bien cuidado tendrá su cucha limpia, en un lugar techado que no complique su salud. Y si salió a refrescarse bajo la lluvia hay que secarle el pelo con cuidado.