“Todos sabemos que a medida que envejecemos, tendemos a andar un poco más lento”, señala el profesor Daniel Mills. “Al mantenernos activo podemos mejorar nuestra salud y otros aspectos de nuestra calidad de vida. No se han definido bien los factores que fomentan mayores niveles de actividad física en adultos. Nos interesaba evaluar si poseer un perro tiene potencial de mejorar la salud de adultos mayores al aumentar su actividad”.
El estudio de la University of Lincoln y de la Glasgow Caledonian University, publicado en BMC Public Health fue realizado en colaboración con el WALTHAM Centre for Pet Nutrition, que forma parte de Mars Petcare, y se financió a través de un premio ISAZ/WALTHAM. Los investigadores usaron un monitor de actividad de una clase específica por primera vez a fin de recabar datos de actividad objetivamente de participantes en el estudio que tenían y que no tenían perro.
"Se descubrió que los dueños de perros caminaban sobre 20 minutos diarios más en el día, y que esta caminata adicional era a un ritmo moderado", reveló la Dra. Philippa Dall, investigadora principal. "Para buena salud, la OMS recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a vigorosa cada semana. En el transcurso de una semana, estos 20 minutos de caminata adicionales cada día en sí pueden bastar para cumplir con estas pautas. Nuestros hallazgos representan una significativa mejoría en actividad física lograda gracias a pasear un perro".
“Este estudio indica que poseer un perro puede cumplir una función importante en la actividad de caminar entre adultos mayores. Encontramos un método objetivo para monitorear la actividad que funcionó muy bien y recomendamos que investigación futura en esta área también incluya la posesión de un perro y el pasear un perro como variables importantes a considerar”, dice la investigadora WALTHAM Nancy Gee, coautora del estudio. “Aunque la posesión de un perro no fuera el centro de atención, puede representar un factor importante que no debiera ser ignorado”.