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Todo para llevarse su dinero. Así vivimos hoy en Asunción del Paraguay, y por supuesto en otras ciudades de nuestro querido país.
No estamos tranquilos en ningún lugar. Ni siquiera en nuestra propia casa. Esto se debe principalmente a la inacción de la Policía Nacional, a los “cerebros” del Ministerio del Interior y a la negligencia o venalidad de los jueces, que no toman su trabajo con la seriedad que requiere. Y se debe también a la falta de decisión del presidente de la República, Horacio Cartes, que no asume una posición determinante en contra de la delincuencia. Al contrario, esta crece ante la vista gorda de sus funcionarios.
¿Por qué, si nuestra economía crece, no cesan los robos sino todo lo contrario? La delincuencia avanza, se ingenia y es cada vez más violenta. Nosotros no tenemos más opción que resistir y cruzar los dedos para que no nos toque la mala suerte. Porque si se trata de sentirse seguros, hace mucho que parece que perdimos esta posibilidad.
César Benítez