Homenaje a un grande, Osmar Apuril

Cargando...

Lo nuestro fue amistad “a primera vista”. Nos apasionaba el Paraguay, nos desafiaba el compromiso de romper esta realidad inmóvil de corrupción y vaciamiento de valores que corroe casi todas las piezas y hombres de nuestro gobierno. Construíamos utopías de un país con justicia social y libertad.

Fuiste esa voz que taladraba en los oídos de los indiferentes, que disgustaba a los corruptos y que hacía vibrar a los comprometidos que celebrábamos la crítica fuerte y precisa que apuntaba a quienes se sienten impunes e importantes.

Tus oyentes eran fieles a tu espacio, te amaban con locura... Encender la radio a las 12:00 y escucharte saludando a doña Juana, don Paco, doña María, don José, nos arrancaba sonrisas y esperanzas de que no todo está perdido... tenías el plus y la humildad de escuchar a la gente y esa conexión era auténtica y mágica.

No sé dónde colocar este dolor, amigo mío. Contigo murió un poco nuestra lucha, murieron un poco esas manos desatadas y la verdad contundente de tus palabras. Fuiste el apoyo de importantes cruzadas ciudadanas, el eco de nuestras pequeñas conquistas cotidianas.

Gracias por tanto, Osmar Apuril. Vivirás siempre en nuestros corazones. pues supiste honrar la vida.

Te recuerdo en la letra de esa canción interpretada por Alberto Cortez y te digo hasta pronto, compañero: “Cuando un amigo se va, se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido. Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo”.

Kattya González

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...