Evaluación del 2015

Como una forma de evaluación de fin de año, la firma Ibope Cies realizó una encuesta sobre la credibilidad que siente la ciudadanía hacia los tres poderes del Estado.

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El resultado fue una clara muestra de falta de credibilidad que siente la ciudadanía hacia los tres estamentos que conforman el Estado paraguayo.

En promedio, más del 70% de todos los encuestados no creen en ninguno de los poderes del Estado. La consulta hecha por Ibope Cies revela que el Poder Judicial es el menos creíble y corrupto de los tres poderes con un 82% de opiniones en contra.

El Poder Legislativo es el segundo poder con menos credibilidad con un total de 79% en contra. Y el Poder Ejecutivo un 73% de la gente no cree en él y solamente el 27% de la gente que fue preguntada manifestó credibilidad hacia ese sector comandado por el presidente Horacio Cartes; que recientemente declaró que terminó la era del caudillismo y mandamás en el Paraguay.

La pregunta que le hago señor Presidente de todos los paraguayos ¿Acaso usted no actúo como un rabioso caudillo, siendo jefe de campaña de su partido en las últimas elecciones municipales pasadas? Coherencia señor Presidente.

Las respuestas estuvieron cargadas de opiniones contra la “corrupción” en el Estado, situación que vimos este año a través de los numerosos casos denunciados por los medios de comunicación.

La gente pregunta que pasó con los varios políticos imputados por presuntos siderales robos en instituciones públicas que hasta ahora siguen impunes como los casos de los diputados: Óscar Núñez, Carlos Núñez Salinas, Víctor Bogado, José Ibáñez y el senador Enzo Cardozo; a los cientos planilleros de la UNA y del TSJE, por qué permanecen impunes los casos de más de 15 periodistas asesinados, incluyendo a los mártires del periodismo paraguayo: Santiago Leguizamón y Pablo Medina, también el caso Argaña y el Marzo Paraguayo permanecen impunes y miles de casos más.

El impacto que produce la corrupción en el Paraguay es terrible, desde el punto de vista democrático y de los DD.HH., la corrupción deja al ciudadano común, vulnerable. Cuando los funcionarios roban al erario público, en lugar de utilizarlo correctamente, las escuelas se quedan con menos aulas y libros, los pacientes sin doctores ni medicamentos y los agricultores y comerciantes sin rutas y puentes. Si no hubiesen robado habría más asistencia a los damnificados, no habría niños de la calle y habría menos pobreza y sufrimiento del pueblo.

El 2016 es el último año, mirando desde el plano exclusivamente político, que el presidente Horacio Cartes tendrá la oportunidad de abocarse con exclusiva atención al fiel cumplimiento de las responsabilidades y de sus promesas electorales, entre ellas sacar del atraso y de la miseria al país.

Óscar Patricio Alonso Pérez

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