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El señor Loizaga no puede dar una respuesta como esa (se rehusó a hablar sobre el tema) ni a los periodistas de los medios de comunicación ni a nosotros los ciudadanos que con nuestros impuestos pagamos los salarios –fastuosos y de primerísimo mundo– de los funcionarios públicos, los del canciller y los de la abogada Sanabria de Montiel.
Nosotros somos sus mandantes (empleadores) y somos nosotros, Juan Pueblo, los que aportamos a las arcas estatales para ello.
Por lo tanto, pregunto al canciller, a quien yo pago una parte de su sueldo, ergo, es mi empleado, ¿por qué esta señora, que supuestamente fue nombrada para ir a cumplir funciones ante la ONU en Nueva York, no cumple con el trabajo que se le encomendó? ¡Y espero respuestas!
María Otto