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¿El motivo? Simplemente, no querían pagar el aumento de los alquileres de sus consultorios. La férrea defensa emprendida por el Consejo Directivo de la Sociedad Italiana en resguardo de los intereses de su nave insignia, ha logrado desbaratar lo que en su momento tomó el cariz de un complot.
Pero hoy, todo volvió a la normalidad y aquellos médicos que denostaron, en su momento, contra nuestro sanatorio han hecho sus respectivas mea-culpas en forma verbal o escrita como lo hiciera el Dr. Zaputovich en un Espacio Reservado de ABC Color del domingo 19 de julio pasado. Es de esperar, como lo rubrica el mencionado doctor, que nunca más tengamos una disputa semejante.
Finalmente, llegó la concordia a la Sede Social y el Consejo Directivo más fuerte que nunca, augura un futuro exitoso a su gestión que se encuentra muy bien encaminada.
Tan lejos de una quiebra, pretendida por los agoreros, está nuestra querida y poderosa sociedad italiana que para tranquilidad de sus asociados, les digo: ¡Qué insignificante es la deuda de nuestro sanatorio, ante el valor de las propiedades que posee!
Es cierto que el sanatorio está pasando por un momento difícil, pero solo es coyuntural, es cuestión de tiempo para que vuelva a retomar su cauce exitoso. Hoy, gracias a Dios, tenemos un Consejo Directivo confiable y honesto, a mí me consta, y ojalá la asamblea de agosto le brinde la confianza que se merece y le otorgue licencia para dos años más.
JJ Migliore