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En las cálidas tierras color carmesí del Paraguay, muchos de sus ciudadanos se escandalizan porque funcionarios del gobierno del Presidente de la República Argentina Mauricio Macri, apodado por sus adherentes de Cambiemos, “El Tierno Mauri”, anunciaron con bombos y platillos, que el narcotráfico inficionó, corrompió, contagió o envileció la política en Argentina.
Mientras eso sucede, los citados alborotados locales, miran al cielo o al piso, a diestra o siniestra, cuando se trata de opinar respecto al intendente electo de Capitán Bado Denilso Sánchez, apodado cariñosamente “Chicharõcito”, como si nada viniese ocurrido en nuestro país desde hace ya varios años. Este goza de la protección y la complicidad de toda la clase política autóctona. Solo es cuestión de mirar en las redes sociales para darnos cuenta de que Chicharõcito no nos molesta e incluso nos produce cierta ternura conmovedora.
Como sabrán Chicharõcito goza del mismo apoyo y protección de la que disponía el hoy preso exintendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta, quien ocupo la jefatura comunal de un distrito fronterizo con el Brasil, manteniendo denuncias embarazosas como narcotráfico y asesinato.
Bueno sería que los perturbados compatriotas citados se escandalicen además, de las cuestiones locales y las expresen con la misma pasión que lo hacen cuando las cosas suceden allende de nuestras fronteras. ¿No se han dado cuenta aún de que a nivel local eso fue primicia en el Mercosur?
O somos ciegos, sordos y mudos cuando de las cosas criollas se tratan, o somos cómplices de que el narcotráfico haya corrompido la política nacional, financiando campañas políticas de todos los partidos, tal como ahora los hermanos del sur se están dando cuenta(?) ¿No investigaron cómo el narcotráfico ha colocado y sacado a presidentes que les enseñaron los dientes amenazando sus intereses, en otros países?
Aníbal Reinaldo Pangrazio