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Acudí a la firma Asiana Automotores, empresa vinculada a Toyotoshi, a fin de negociar la compra de una unidad de la marcha Changan, propongo la entrega de mi vehículo modelo Cherry 2012 en estado óptimo y legal.
Seguidamente coordinamos con el vendedor señor Zaracho para hacer una tasación de mi vehículo, que comunicación mediante me informa mi vendedor que el resultado de dicha tasación es que me ofrecen por mi vehículo US$ 2.000.
Mi vehículo que actualmente tiene 50.000 km, adquirido en el año 2013 por US$ 13.000. Al contado, sufrió una depreciación del orden del 85%, según los expertos tasadores de Asiana (Toyotoshi).
Es sabido que para la compra de un simple “chilere”, transformado y usado del mismo modelo del mío (2012), además con 50.000 km (modificados), no se conseguirá por menos de US$ 5.000.
Este testimonio, una vez más, demuestra que estamos sujetos a estos sufridos empresarios importadores de vehículos cuyos márgenes de ganancias son tan ínfimos y esto lo transmiten a los exitosos compradores (nosotros) haciendo una justa evaluación para la compra o venta del bien, haciendo una tasación grosera y ofensiva, degenerando el mercado, ya que no existe una regulación sobre el tema.
¡Basta de estos intentos de aprovechamientos o ladrones de guante blanco!, ¡La corrupción no solo está instalada en el estamento público. También entre estos empresarios que son integrantes a veces de la Asociación de Empresarios Cristianos, ¡también!
Quién los controla y verifica sus mentiras de: ¡Grandes ofertas y precios acomodados!, cosa falaz y cargada de mentiras.
Rafael Ortiz Cibils