Cargando...
El fiscal argentino Alberto Nisman se encargó de sacudir a su país el pasado miércoles cuando durante una entrevista con el canal Todo Noticias (TN) denunció que el gobierno de Cristina Fernández y varios de sus colaboradores habrían encubierto a los presuntos autores del atentado contra la AMIA que dejó 85 muertos y más de 300 heridos en 1994. “Hay abundantes elementos que así lo indican”, afirmó durante el programa “A Dos Voces”.
Nisman había sido designado por Néstor Kirchner, fallecido expresidente y esposo de la actual mandataria argentina, para investigar de manera exclusiva el atentado desde el 2004. El fiscal cumplió esas funciones hasta que en 2013, el gobierno de CFK decidió firmar un acuerdo con el gobierno iraní para el esclarecimiento del hecho.
Según el mismo Nisman, la firma del memorándum era la finalización del proceso de impunidad. “Desde hoy mi vida cambió. Es mi función como fiscal y le tuve que decir a mi hija que iba a escuchar cosas tremendas de mi persona”, señaló a TN luego de dar a conocer su denuncia. Nisman era consciente de que lo que acababa de dar a conocer generaría una gran repercusión.
A pesar de la presión que había sobre él y de la feroz embestida del kirchnerismo en su contra, Nisman estaba confiado en la solidez de su denuncia contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés “Cuervo” Larroque, Luis D'Elía y Fernando Esteche, relata este lunes la edición digital del diario Clarín de Argentina.
El citado diario señala que la última vez que una periodista de ese medio tuvo una conversación vía WhatsApp con Nisman fue el pasado sábado. A las 21:17, dio un ok final a lo que habían conversado. No quería hacer ya declaraciones. El domingo, pese a que los mensajes aparecían como recibidos, no contestó ninguno. “Por lo general, el recibía mensajes de textos y Whatsapp y llamaba de la fiscalía o de otros teléfonos”, relata Clarín.
Fue en una de esas conversaciones, señala el diario del vecino país, que Nisman dijo una frase con la que demostraba ser consciente del riesgo que corría por su investigación. “Yo puedo salir muerto de esto”, afirmó.
El fiscal había pedido tiempo para concentrarse y encerrarse el fin de semana a fin de preparar la presentación que debía dar este lunes ante la Cámara de Diputados sobre la denuncia que había hecho. “Esto va a llevar tiempo, pero va a llegar a buen puerto. Me gustaría equivocarme por la institucionalización del país pero creo que no”, había dicho.
Sin embargo, la presentación nunca pudo hacerse porque horas antes de su comparecencia ante el cuerpo legislativo el fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto en su departamento, ubicado en el barrio Puerto Madero de Buenos Aires con un disparo en la cabeza.