Tras más de ocho horas de enfrentamientos, los milicianos lograron irrumpir en la base, muy fortificada y situada en la zona de Al Sabaha, a 10 kilómetros de la capital.
Los hutíes utilizaron tanques y artillería para bombardear los accesos al complejo castrense.
El grupo rebelde chií se hizo con el control de los cuarteles de la Policía y el Ejército en Saná en septiembre pasado, pero las bases de las fuerzas especiales ubicadas en los alrededores de la capital escapan aún a su dominio.
Estas fuerzas se mantienen leales al expresidente Ali Abdalá Saleh, que cedió el poder en 2012 tras una revolución contra su régimen.
El Consejo de Seguridad de la ONU renovó ayer por un año las sanciones impuestas el pasado noviembre contra Saleh, quien según expertos de la organización continúa desestabilizando la situación en el país y frenando la transición política.
El Yemen atraviesa una complicada crisis tras la toma del poder por parte de los hutíes a principios de mes, agravada después de que hace tres días Abdo Ranu Mansur Hadi anunciara que revocaba su dimisión y que seguía siendo el jefe de Estado.
El Comité Supremo Revolucionario, formado por los hutíes tras la dimisión del presidente y el Ejecutivo, designó de nuevo el domingo al primer ministro, Jaled Bahah, y a su equipo como Gobierno en funciones, pero parte de ellos se ha negado a ocupar de nuevo sus puestos.