Vuelven a casa 172 osamentas halladas en destacamento militar de Guatemala

SAN JUAN COMALAPA. En el salón de la antigua Despensa Familiar de San Juan Comalapa descansan 174 ataúdes con 172 víctimas mortales del conflicto armado interno en Guatemala y dos osamentas no asociadas a un cuerpo que fueron llevadas hoy desde la capital

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Las calles de Comalapa, un pueblo característico por ser la cuna de generaciones enteras de artistas, recibieron la tarde de este miércoles a varias de las víctimas que el Ejército de Guatemala mantuvo en uno de sus destacamentos de manera clandestina.

Los murales que anuncian el ingreso del Cementerio Municipal de Comalapa, que cuentan la historia del pueblo, de su nacimiento y su cruento encuentro con el conflicto armado, también atestiguaron la caravana de quienes algún día caminaron frente a sí, quienes llegaron a despedir a los suyos en su momento.

Por la mañana, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala colocó los cofres con los restos de las víctimas en la plataforma de un camión para realizar un recorrido por el centro histórico de la ciudad capital y una parada frente al Palacio Nacional de la Cultura, donde los familiares de los desaparecidos se pronunciaron en contra de los crímenes vividos. Una mujer, que pidió no ser identificada, dijo en el frontispicio del Palacio que su esposo desapareció hace 35 años en San Martín Jilotepeque y que lo seguirá buscando. “Seguimos luchando porque es nuestro derecho. Queremos que haya justicia para nosotros y justicia para las víctimas. Duele y da tristeza profunda, porque esto lo ha hecho el Estado”, describió. “Todo el pueblo sabía que ahí estaban nuestros familiares”, dijo la activista Rosalina Tuyuc, dirigente de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, cuando recordó que logró en 2001 ingresar al destacamento a comenzar una búsqueda que ha rendido sus frutos, pero que no ha concluido.

Las 172 osamentas y los dos ataúdes con restos no asociados a víctimas en específico serán inhumadas en el mismo destacamento de donde fueron exhumadas entre 2003 y 2005, años en que la comunidad entera e incluso personas de la costa sur y otros departamentos ingresaron a trabajar con el azadón y buscar los restos de las personas. “Se ubicaron 1.560 trincheras y se encontraron 53 fosas -37 comunes y 16 individuales- donde encontramos 220 osamentas, de las cuales 116 eran hombres, 5 mujeres, 56 jóvenes y 23 niños”, mencionó el director ejecutivo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, Fredy Peccerelly. Entre 1980 y 1986, el destacamento de Comalapa fue “un centro de detención y tortura para esconder cuerpos de la región”, afirmó Peccerelly, de personas desaparecidas de manera forzosa por las fuerzas armadas, de lugares del departamento central de Chimaltenango como Tecpán, Zaragoza y la propia cabecera departamental, además de seis personas de la ciudad de Guatemala.

Estas personas de la capital del país centroamericano, sostiene Tuyuc, fueron identificadas en el documento castrense conocido como Diario Militar, donde la institución armada registró a líderes e integrantes de organizaciones guerrilleras y las secuestró, torturó y en varios de los casos, desapareció y ultimó. Las 172 osamentas no están identificadas.

“Todo el trabajo de los antropólogos forenses y de la ciencia no consiguió reconocer a las víctimas que serán inhumadas mañana (jueves)”, dijo Tuyuc, quien se sintió “orgullosa de concluir con un proceso”, que le tomó parte de su vida.

La activista destacó que una parte del destacamento le pertenece a la Coordinadora de Viudas luego de que “unos amigos de la comunidad internacional nos ayudaron a comprarlo”.

Allí, en unos nichos construidos a la par de una choza que guarda los nombres de los desaparecidos en sus paredes, serán depositados los restos de las víctimas que fueron retiradas por los antropólogos forenses quince años atrás.

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