Ante esta jornada –una de las más violentas en Sinaloa de los últimos años–, el gobierno estatal realizó una reunión de seguridad para analizar las causas del repunte de balaceras y asesinatos desde principio de año. La noche del viernes se desató un espectacular tiroteo en el puerto de Mazatlán, situado en la costa del Pacífico, después de que una llamada al número de emergencias alertara de que un comando de civiles armados había matado a dos hombres.
Al darse a la fuga, los presuntos delincuentes que viajaban a bordo de cuatro camionetas fueron interceptados por policías estatales, que pidieron auxilio al Ejército y a la Marina Armada.
“Resultaron 17 personas muertas”, todas del comando armado, como consecuencia del enfrentamiento con policías y militares, dijo en rueda de prensa el secretario de Seguridad, Genaro Robles.
Dos hombres de 24 y 54 años fueron asesinados por los presuntos criminales antes del choque con las autoridades, que dejó cinco policías, entre ellos una mujer, heridos en este choque armado.
Robles precisó que los agentes están estables.
La violencia siguió en Sinaloa en el transcurso del sábado, con al menos 11 personas muertas en enfrentamientos ocurridos en distintos puntos del estado.
Entre las víctimas hay un hombre que fue ultimado a balazos por individuos que irrumpieron en el quirófano de una clínica privada de Culiacán, donde había ingresado para ser operado tras sufrir un accidente.
En otro incidente, en el municipio de Navolato, se localizaron los cuerpos sin vida y con huellas de tortura de tres jóvenes de entre 20 y 25 años.