Según el Ministerio de Defensa de Colombia, en la tarde del sábado dos aeronaves militares venezolanas entraron en el departamento de La Guajira, en el extremo norte del país y fronterizo con el estado de Zulia.
En un principio se adentraron 2,9 kilómetros dentro del espacio aéreo colombiano, sobrevolaron la zona de Majayura y posteriormente se perdieron “ rápidamente en dirección hacia Castilletes ” , indicó el Ministerio.
Majayura es una pequeña aldea fronteriza, mientras que Castilletes queda un poco más al norte y marca el hito número uno del límite que comparten Venezuela y Colombia.
Después de internarse en Venezuela, las dos aeronaves militares volvieron a ingresar en territorio colombiano, se adentraron 2,27 kilómetros y sobrevolaron una unidad militar del Ejército en la región de La Flor.
Después de esa incursión, salieron “ velozmente hacia Castilletes ” , siempre según la versión denunciada por el Ministerio de Defensa. Tras la denuncia del Gobierno, la respuesta más contundente desde Colombia la ha vuelto a dar el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, quien hoy aseguró en un acto de campaña para las elecciones municipales y regionales de octubre próximo que lo que “ la dictadura de Venezuela ” quiere es “ crear un odio ” contra su país. En su opinión, esa actitud de Maduro existe “ para que no le vaya tan mal en las elecciones ” legislativas que se celebrarán en diciembre en Venezuela, o para “ tener un pretexto ” para que no se celebren.
“ Que el Gobierno maneje el tema con ese equilibrio que resulta de la firmeza y de la prudencia ” , recomendó Uribe.
El expresidente también consideró el incidente como una maniobra de distracción del Gobierno venezolano tras la condena a más de trece años de prisión impuesta el pasado jueves al dirigente opositor Leopoldo López.
“ La tiranía condena a la personalidad proba y democrática de Leopoldo López; para disimular provoca con aviones a Colombia ” , manifestó Uribe en su cuenta de Twitter.
La entrada de dos aviones es una acción extraordinaria entre dos países que comparten una porosa frontera de más de 2.219 en la que el contrabando, especialmente de gasolina y alimentos, es frecuente.
Sin embargo, los colombianos que viven en la frontera sí denuncian ocasionalmente que uniformados venezolanos se adentran en su territorio y cometen abusos contra la población civil.
Esta acción sobre la cual no hay aún un pronunciamiento oficial de Venezuela, ha supuesto un nuevo punto de fricción entre dos países que viven una escalada de desencuentros desde hace casi un mes.
La disputa comenzó el 19 de agosto, cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó cerrar la frontera que comparte el estado de Táchira con el departamento colombiano de Norte de Santander.
La decisión llegó como una medida para combatir el contrabando y a supuestos paramilitares y desde entonces Maduro ha afirmado la necesidad de construir una “ nueva frontera ” sin delincuencia.
Posteriormente, el mandatario venezolano tomó la decisión de declarar el estado de excepción en más de una decena de ciudades y el pasado lunes cerró un nuevo tramo de frontera entre La Guajira y el Zulia. Como consecuencia de esas medidas, al menos 1.482 colombianos han sido expulsados de Venezuela dejando atrás buena parte de sus vidas, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) .
Además, unos 19.952 colombianos más han abandonado el país vecino ante el temor a ser expulsados, lo que ha desatado una crisis humanitaria que ha puesto una enorme presión sobre la ciudad fronteriza de Cúcuta.
Para poner fin a la crisis, las cancilleres de ambos países, la colombiana María Ángela Holguín, y la venezolana Delcy Rodríguez, se reunieron ayer en Quito con la mediación de Uruguay y Ecuador.
Sin embargo la reunión supuso una nueva escenificación del desencuentro, ya que las dos ministras mantuvieron una sutil distancia y no alcanzaron compromisos concretos para una reunión entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y Maduro.