Sin embargo, luego de que un joven matara a 17 personas en Florida el mes pasado, en el ataque a una escuela más letal perpetrado en Estados Unidos en los últimos cinco años, Baril llevó su AR-15 a un destacamento policial y lo entregó para ser destruido.
Baril es miembro de un grupo de veteranos de guerra que favorecen mayores controles sobre las armas de fuego, en un esfuerzo por reducir la violencia, basados en su conocimiento de las armas y de la guerra, dando credibilidad en el agrio debate que recorre el país.
Los ataques en un concierto en Las Vegas el año pasado y el de la escuela secundaria de Parkland, Florida, “realmente me despertaron”, admite.
Baril, de 42 años, está “totalmente a favor de la 2ª enmienda” de la Constitución, que garantiza el derecho a portar armas. “Pero eso no significa que todos debamos manejar un tanque, solo porque los militares tienen tanques”, afirmó, abogando por cambios en la actual legislación sobre tenencia de armas.
Tanto el ataque de Las Vegas como el de Parkland fueron perpetrados con rifles AR-15, similares al M4s de uso militar. “Si voy a decir que no debemos tener esas armas en la calle, no puedo tener una y decir: ’Bueno, yo soy especial’”, subraya Baril. En consecuencia, decidió entregar su rifle.
Después del ataque en Parkland, Baril inició en Twitter el hashtag #VetsForGunReform y preguntó a algunos veteranos si había algo que pudieran apoyar, obteniendo una respuesta positiva.
“Eso fue algo que realmente cohesionó al grupo y el apoyo que logró fue increíble”, dijo Kyleanne Hunter, una de las primeras organizadoras de Vets for Gun Reform. “Queremos centrarnos ahora en amplificar las voces de esos estudiantes que están dirigiendo el movimiento”, afirmó, aludiendo a los sobrevivientes del ataque de Parkland, algunos de los cuales se convirtieron en prominentes activistas por la reforma de la legislación sobre armas.
Hunter y sus colegas intentan ser “la voz de la razón” en el debate sobre el tema y “acortar la brecha entre la izquierda y la derecha”, afirmó.
A Dennis Magnasco, que sirvió en el ejército de 2006 a 2015, estuvo en Afganistán y es propietario de armas, el ataque en Las Vegas lo alentó a hablar. “Vi el video del tiroteo. Cuando oí los disparos del rifle con el dispositivo de repetición, sonaba muy parecido a una ametralladora. Sonaba como un combate”, recordó. “Sentí que esto no está bien, tenemos que hacer algunos cambios”.
“Cuando pienso en los estudiantes de secundaria y en los liceales en Estados Unidos viendo ese tipo de heridas en sus escuelas, en sus amigos, ellos no están para eso”, afirmó. “Las cosas no deberían ser así”.