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CARACAS. Tras casi dos décadas de régimen chavista, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, cuyo mayor cliente es Estados Unidos, se haya sumido en la pobreza.
El desplifarro para comprar lealtades, internas e internacionales; y la galopante corrupción, además del desmantelamiento de empresas locales por aplicar una malsana estatización, figuran entre las principales causas del declive del otrora rico estado petrolero.
De acuerdo con el informe del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDAS), la cesta se ubicó en 220.138.620,81 bolívares, (85,3 dólares a la tasa del mercado paralelo) tras aumentar 119.963.639,83, bolívares, (unos 46,4 dólares) es decir 119,8% con respecto a abril último y 22.115,6% entre mayo de 2017 y mayo de 2018.
“Se requieren 220 salarios mínimos para poder adquirir la canasta, referida a una familia de cinco miembros”, precisó el estudio.
El salario mínimo en Venezuela es de 1.000.000, de bolívares (0,38 centavos de dólar a la misma tasa) y con el bono de alimentación, supone unos 2.500.000 de bolívares, es decir, un dólar al cambio del mercado real.
Millonarios... pobres
Elizabeth se indigna, pero como venezolana se toma las cosas con humor. “¡Somos un país de millonarios!”, dice con sarcasmo, mirando espantada un viejo pizarrón acrílico en el mercado: “Cartón de huevos 3.000.000”.
“Eres millonario porque pagas semejante cantidad, pero tienes 36 huevos. El sueldo mínimo son 2.600.000. Con lo que trabajas en un mes, no lo puedes comprar”, ilustró esta contadora jubilada de 64 años, otrora ferviente chavista.
Es la gran ironía: la Venezuela petrolera es un país de millonarios, pero arruinado.