Las autoridades en Ludwigshafen pidieron que los niños de colegios y guarderías de la zona no salgan al aire libre después de que varios vecinos denunciasen problemas para respirar a raíz de la fuerte deflagración, que provocó un aparatoso incendio.
La propia empresa pidió a los vecinos de Ludwigshafen “evitar permanecer en espacios abiertos y mantener las puertas y ventanas cerradas”, mientras que señaló que el otro incidente no había supuesto la emisión de químicos peligrosos a la atmósfera.