Además de los 35.000 ciudadanos que se manifestaron en Bucarest, otros 35.000 marcharon por otras ciudades del país balcánico, según calcularon los medios rumanos.
La dimisión del primer ministro, Victor Ponta, anunciada hoy no ha aplacado la ira de los ciudadanos, que han mostrado su hartazgo con una clase política a la que acusan de corrupta.
Ponta se enfrenta a varios cargos de evasión fiscal, blanqueo de dinero y 17 infracciones de falsedad documental en escritura pública mientras trabajaba como abogado entre 2008 y 2011.
“ No me compras con dos dimisiones ” , “ No nos vamos a casa, los ladrones no nos dejan ” o “ Asesinos ” , corearon los miles de manifestantes en Bucarest.
“ No somos una nación de esclavos sino personas que quieren ser tratadas con dignidad ” , declaró a Efe Paul, un estudiante de arquitectura, para gritar después: “ Abajo el sistema mafioso ” .
Además, los ciudadanos exigen un cambio profundo en la clase política del segundo país más pobre de la Unión Europea, en un momento en el que numerosos políticos han sido sentenciados o son investigados por corrupción.
“ No queremos otra cosa que los corruptos se vayan de una vez y que podamos mejorar nuestro nivel de vida ” , dijo a Efe Ana, una joven profesora que se unió a la manifestación con la esperanza de que se produzca un cambio real en el país.
También mostraron su malestar contra la Iglesia Ortodoxa por la construcción de una Catedral con un coste de unos 300 millones de euros, cuando faltan hospitales y medicamentos para atender a la población.
“ Queremos hospitales, no catedrales ” , coreaban muchos manifestantes.
Un espectáculo de fuegos artificiales durante un concierto de rock el pasado viernes causó un incendio en la discoteca Colectiv, que se saldó con 32 muertos y unos 200 heridos.
Los tres dueños del club nocturno se encuentran en detención preventiva acusados de homicidio involuntario.
Fue durante un concierto en este local, que carecía de permiso para organizar espectáculos, cuando un artefacto pirotécnico inició el fuego en una de las almohadillas de protección de un pilar.
Algunos testigos aseguraron que en el club no existían salidas de incendio y que se habían utilizado materiales inflamables para insonorizar el local.