El portavoz, Eric Moulin, declaró a la prensa que “falta una persona que, al parecer, está bajo los escombros” y se está trabajando intensamente para llegar hasta ella. Los servicios de rescate trabajan “a mano, levantando piedra por piedra”, mientras los perros continúan rastreando en busca de más desaparecidos.
Tres personas, entre ellas una turista española, perdieron la vida por la potente detonación, que provocó graves daños materiales en varios edificios y en los comercios colindantes.
El portavoz explicó que el inmueble más afectado deberá ser reforzado de arriba abajo, y que los vecinos no podrán entrar en los edificios cercanos hasta que los arquitectos confirmen que no sufren daños estructurales que puedan suponer riesgo de derrumbe. Una treintena de bomberos continúan movilizados en las operaciones y seguirán en la calle Trévise “al menos 48 horas o quizá toda la semana”.
El Ayuntamiento de París señaló en un comunicado que por el momento hay doce edificios a los que no se podrá entrar, como mínimo, en las próximas 48 horas.
Además, varios inmuebles han quedado cortados de la red de suministro de agua, y los vehículos no podrán estacionar en esa calle hasta nueva orden por los riesgos de que caigan cristales. “Todos los habitantes han encontrado una solución de alojamiento. 38 personas que necesitaban un alojamiento de urgencia han sido reubicados por la municipalidad en hoteles”, señaló la Alcaldía.
Se ha organizado una célula de acogida en la Alcaldía del IX distrito de París para recibir y orientar a las víctimas y se ha puesto un número de teléfono a disposición de todos los afectados.