Cargando...
“Si me hubiera presentado... hace diez años la gente lo habría considerado extraño”, reconoce la candidata de 38 años en Tel-Aviv. Hoy “la mayoría más bien me pregunta: ’¿por qué el partido laborista, por qué no la derecha’?”, dice con un sonrisa esta exinformática, que está haciendo campaña para obtener un puesto eligible en la lista del partido histórico de la izquierda israelí.
Zernowitski forma parte de los “haredim” (literalmente “los que temen a Dios"), los judíos ultraortodoxos que organizan toda su vida siguiendo principios religiosos y que representan un 10% de los nueve millones de habitantes de Israel.
Tradicionalmente los “haredim” votan a dos grandes partidos: el Yahadout HaTorah y el Shass, que tiene 13 escaños en el parlamento y no presentan a mujeres en sus listas.
“Según su interpretación de los textos religiosos, las mujeres no tienen el derecho de gobernar”, explica Gilad Malach, el director de un programa sobre los ultraortodoxos en el centro de investigación Israel Democracy Institute. La prohibición de que las mujeres gobiernen “no está en la leyes del judaísmo, es conservadurismo”, asegura Michal Zernowitski, que dice ser a la vez religiosa y feminista.
Esty Shushan, hija de un rabino y creadora de un movimiento feminista, consultó con varios religiosos, incluido su padre, y afirma también categóricamente que ningún texto religiosos prohíbe a las mujeres participar en política. Hace seis años “abrí una página en Facebook llamada ’Lo Nivcharot, Lo Bocharot’ ’No eligible, no electora’ para que dejemos de votar a partidos que prohíben a las mujeres presentarse”, dice esta madre de cuatro hijos, que se casó a los 19 años, en su apartamento de la ciudad de Petah Tikva, en el centro de Israel,
La primera persona que se puso en contacto con ella fue Michal Zernowitski. Después Esty Shushan lanzó el movimiento “Nivcharot”, que da formación a las mujeres ultraortodoxas que quieren lanzarse en política. Gracias a un recurso ante el tribunal supremo israelí, consiguió levantar la prohibición de las mujeres de ser miembros del Yahadout HaTorah.
Pero el partido, que asegura defender los intereses de todos los “haredim”, hombres y mujeres, sigue siendo inflexible. La exclusión de las mujeres en política es una decisión “histórica de los grandes rabinos desde la creación del Estado” de Israel, dijo Yahadout Hatorah en un comunicado a la AFP . El partido Shass no respondió a las preguntas.
Michal Zernowitski, tras haber pasado un tiempo en el Yahadout HaTorah, se unió en 2010 a los laboristas y creó dentro del partido una sección “haredim” con “centenares de miembros” .
Según ella, muchas mujeres judías ultraortodoxas se ocupan de las necesidades de su familia mientras los hombres dedican el día al estudio de los textos sagrados y a la plegaria. La presencia de Michal Zernowitski en el partido laborista no gustó al principio a los ultraortodoxos.
“Soy una mujer religiosa pero también liberal”, asegura, afirmando que es la representante de una nueva generación de “haredim” más abierta, aunque todavía minoritaria. A día de hoy solo una mujer ultraortodoxa llegó al parlamento, Tzvia Greenfield, que sustituyó a un diputado que había dimitido pero luego no consiguió ser reelegida.
A pesar de su entusiasmo, Michal Zernowitski tiene pocas posibilidades de ser elegida el próximo 9 de abril porque el partido laborista, en horas bajas, está reservando los lugares en sus listas a los candidatos con más posibilidades de ganar, que será establecida tras unas primarias el 11 de abril.