Una indignada Corea del Sur pide más cabezas por hundimiento del Sewol

SEÚL. El luto en Corea del Sur por los más de 300 muertos en el naufragio del buque Sewol se desvanece a medida que la sociedad busca culpables, con la presidenta en el punto de mira, en un país que siente que algo falla a pesar de su desarrollo económico

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La reciente dimisión del primer ministro entre fuertes críticas al Ejecutivo por su desastroso papel en esta tragedia causada por una cadena de despropósitos no parece suficiente para un país desolado e indignado, que ha pasado a señalar directamente a su jefa de Estado, Park Geun-hye.

Park, que aceptó y alentó el cese de su primer ministro, es cada vez más criticada por cargar la responsabilidad en otras personas desde los días posteriores al suceso, en los que señaló directamente al capitán como culpable comparando su conducta con un “asesinato”.

Ahn Cheol-soo, colíder del principal partido opositor Nueva Alianza Política y uno de los políticos más respetados del país, aseguró hoy que la presidenta es una “cobarde que elude su responsabilidad” al entregar la cabeza del primer ministro y ni siquiera pedir disculpas a la ciudadanía.

Tanto los medios como los familiares de las víctimas creen que el Gobierno reaccionó tarde y con descoordinación al hundimiento del pasado miércoles 16, lo que impidió salvar más vidas, y también acusan a Seúl de no haber puesto los suficientes esfuerzos en los trabajos de rescate durante los primeros días.

Además, para gran parte de la sociedad surcoreana el naufragio ha puesto de manifiesto el mal funcionamiento del nuevo sistema de prevención y respuesta a desastres instaurado por Park tras su llegada al poder hace poco más de un año en cumplimiento de una de sus promesas electorales.

Algunos de los medios también lamentan que el sorprendente crecimiento económico que Corea del Sur ha logrado en las últimas décadas no se haya acompañado de unos estándares de seguridad al nivel de los de Europa o EEUU.

Por ejemplo, la cadena Arirang señaló que el ferri había pasado las inspecciones correspondientes a pesar de que algunos de los chalecos salvavidas tenían más de 20 años y estaban deteriorados y el despliegue automático de los botes de emergencia no funcionó adecuadamente.

En cuanto a las causas del accidente, al parecer no estaba adecuadamente asegurada la carga -cuyo desplazamiento volcó la nave según las primeras investigaciones- y además el Sewol fue sometido a una dudosa remodelación hace dos años que podría haberle restado equilibrio.

“Es una vergüenza que ocurra algo así en un país desarrollado, esto es impensable en otros lugares”, opinó un ciudadano indignado en la página web surcoreana Naver, en un comentario que recibió un ferviente apoyo de otros internautas.

Por otra parte, tampoco han faltado los medios de comunicación extranjeros que han sugerido la influencia en el suceso de la cultura confucianista coreana, en la que la obediencia a las autoridades es uno de los principios básicos que se inculcan a los niños.

Así, cuando el barco se hundía y la tripulación solicitó que todo el mundo permaneciera en sus asientos, pocos fueron los que desobedecieron y salvaron sus vidas.

En todo caso, esta última hipótesis ha sido recibida con un fuerte rechazo por la afligida sociedad surcoreana, donde sienta mal que desde fuera se trate de vincular a su cultura acontecimientos trágicos que pueden ocurrir en cualquier otro país.

El naufragio del buque Sewol también se compara cada vez más con uno ocurrido en 1993 con casi 300 muertos y que ya desató una tormenta política en el país.

Un total de 476 personas viajaban en el buque, la mayoría estudiantes de 16 y 17 años, de las que más de un centenar todavía no han sido recuperadas del interior de la nave sumergida, en una tragedia que eleva virtualmente el número de muertos a 302. 

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