Las entrevistas realizadas a más de 450 niños y adultos muestran un alto nivel de estrés psicológico entre los menores, muchos de los cuales sufren incontinencia y dificultades de elocución. Al menos tres millones de niños viven en zonas de guerra en Siria y cada día enfrentan bombardeos aéreos y cañonazos, en un conflicto que inicia su séptimo año.
Los adultos reportaron que dos tercios de los niños han perdido a un ser querido, visto su casa bombardeada o han sufrido heridas relacionadas con la guerra. “Después de seis años de guerra, estamos en un punto de crítico” , afirma la ONG en un informe titulado “Invisible Wounds” (heridas invisibles) dedicado al impacto que tiene la guerra en la salud mental de los niños.
“El riesgo de tener una generación quebrantada, perdida por los traumas y un estrés extremo, jamás fue más grande” , indicó Save The Children. Un 84% de los entrevistados evocaron los bombardeos aéreos y cañonazos como primera causa de su estrés.
Mientras que el 48% de los adultos reportó que desde que empezó la guerra los niños habían perdido su capacidad de expresarse o desarrollaron dificultades de elocución. El 81 % de los niños además se volvió más agresivo, mientras que el 71% a menudo sufre de incontinencia.
Según la mitad de las personas entrevistadas, la violencia familiar está creciendo. Y uno de cada cuatro niños dijo no tener un lugar a donde ir o a quien acudir para hablar cuando tiene miedo, está triste o enfurecido.
Sonia Khush, directora de Save the Children para Siria, recuerda tentativas de suicidio o actos de automutilación.En la ciudad asediada de Madaya, seis adolescentes, entre ellos una chica de 12 años, intentaron suicidarse estos últimos meses, según Khush.
Los niños en Madaya están “psicológicamente demolidos y agotados” , dice un profesor de la ciudad, citado en el informe. “Dibujan a niños que se masacran, o tanques, o el asedio y la falta de comida” . “Los niños esperan morir para ir al paraíso y estar así en un lugar cálido, comer y jugar” , narra otro profesor a Madaya.