El martes por la tarde, Verna McClain disparó contra Kala Golden, de 28 años, que salía de la consulta médica con su hijo en la localidad tejana de Spring, y le arrancó al recién nacido de los brazos.
Pese a las heridas, la madre intentó recuperar al bebé, que la agresora había metido en su automóvil, pero Holden cayó al suelo gritando “mi bebé”, según testigos que presenciaron la escena.
La mujer falleció poco después en el hospital.
Tras varias horas de intensa búsqueda, la policía consiguió encontrar el niño al rastrear el vehículo de McClain, quien confesó a los agentes haber entregado el recién nacido a su hermana.
Keith Schuchardt, padre del bebé, aseguró estar conmovido por la muerte de su esposa, pero reconoció sentirse “feliz por saber que (su hijo) está vivo”.
La acusada, de 30 años, sufrió hace poco un aborto natural, que no comunicó a su pareja, según medios locales, y quería hacer pasar por suyo el bebé raptado.